Lionel Messi centra todas la miradas de la final que jugarán mañana Argentina y Nigeria --la misma que en Atlanta-96-- en el estadio olímpico. El país suramericano se ha conjurado para ganar su primer oro en estos Juegos y retener el conseguido hace cuatro años. Messi está tranquilo, distendido, feliz. Juega como siempre. Como los ángeles y a punto de alcanzar un sueño que perseguía desde hace tiempo.