Es una frase gastada que no ha habido Juegos más politizados que estos. Se ha escrito menos en la víspera olímpica de la pugna jamaicana de los 100 metros lisos o la cita con la Historia de Michael Phelps que de los bandazos diplomáticos de Nicolás Sarkozy o la cartilla sobre derechos humanos que leerá George Bush en Pekín. No hay dudas de que China, un país en desarrollo, ha cumplido con el esfuerzo homérico que requiere organizar el más complejo acontecimiento, pero la atención la monopolizan las sombras políticas, que persisten siete años después de la elección del COI.

La discusión sobre el nombre bajo el que debía participar Taiwán, la revocación del visado a un exatleta por sus críticas al papel chino en Darfur o la petición de solucionar el conflicto tibetano firmada por 40 atletas son los últimos signos.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, que ejerce la presidencia de la Unión Europea y asistirá hoy a la inauguración de los Juegos, ha enviado a las autoridades chinas una lista de disidentes encarcelados, según anunció el portavoz de Exteriores francés, Romain Nadal. "Son casos individuales de prisioneros y defensores de los derechos humanos", precisó. La lista incluye nombres facilitados en el Parlamento Europeo por el eurodiputado Daniel Cohn-Bendit y varias organizaciones de derechos humanos.

"Teníamos dos opciones: sancionarles por la violación de los derechos humanos y cerrarles la puerta, o abrírsela y esperar que las cosas mejoraran", razonaba François Carrard, director general del COI de entonces. China ha reducido las ejecuciones y la tortura en comisarías provinciales, pero el ritmo de mejora ha sido lento, desesperantemente lento. La opinión aún se castiga con la cárcel en China, continúala represión contra minoríasétnicas, y el cuadro globales calamitoso.

OPTIMISMO / Cabe, pues, preguntarsesi los Juegos mejoraránel panorama a posteriori."El riesgo merece la pena.Ningún país cerrado ha sido elmismo después de organizarunos Juegos. No puede serlo",opina un miembro canadiensedel COI. Es evidente que el rocecon la comunidad internacionalfavorece el proceso democratizadormás que el cerrojo.

La receta económica funciona."Si mañana hubiera unaselecciones limpias, el PartidoComunista ganaría con un 90%de los votos", reconoce LeeCheuk Yan, de la Alianza enDefensa de Movimientos Democráticosy Patrióticos deHong Kong, una organizaciónbeligerante con el régimen chino.Este diario preguntó recientementea una treintena de pequinesesqué cambios ansiabanque trajeran los JJOO. Ni unohabló de derechos humanos.