El Comité Olímpico Internacional (COI) se mostró ayer dispuesto "a cancelar o postergar" cualquier prueba de los Juegos de Pekín si constata que la contaminación de la capital china puede ser perjudicial para la salud de los atletas durante la competición. Así lo expresó ayer Arne Ljunqvist, presidente de la Comisión Médica del COI, que señaló que "el Comité Organizador ha adoptado medidas muy estrictas y sin precedentes desde la concesión de los Juegos para poder asegurar la calidad del aire de Pekín".

Hace unos días, Ljunqvist tan solo admitía que la polución pequinesa podría suponer una incomodidad para los participantes. "Puede que algunas pruebas no se disputen en las condiciones idóneas y que no se batan muchos récords, pero se trata de competir en el espíritu olímpico", argumentaba entonces. Sin embargo, a tres días del inicio de las pruebas y bajo una neblina que no ha abandonado la ciudad --él lo achaca a la evaporación por las altas temperaturas--, su discurso incluyó la posibilidad de suspensiones. "Tomaremos todas las decisiones junto a las federaciones internacionales si los datos nos indican que debemos cancelar o postergar un evento", afirmó.

La Comisión Médica dispone a diario de informes con los índices de contaminación de la capital China hora a hora, pero ¿a qué punto habría que llegar para detener una competición? "No tenemos un límite para decir: Esto es demasiado´ --admitió Ljunqvist--. Sería una evaluación después de medir los contaminantes y otros aspectos como la dirección del viento, la temperatura y la posible humedad ambiental".