Todo lo que tenía que decir, David Cal lo dijo a su llegada a Pekín, hace unos días. "El objetivo es muy difícil, pero no puede ser menos de dos oros", soltó el pasado día 8, poco antes de asumir el papel de abanderado en la ceremonia de inauguración.

Desde entonces, tanto Cal como su entrenador, Suso Morlán, prefieren guardar silencio para afrontar, con el máximo de concentración, el colosal reto que se le presentará hoy y mañana en el Parque Olímpico de Remo y Piragüismo de Pekín. Primero, defender hoy el título de campeón olímpico en la prueba de C-1 1.000 metros. Y mañana, ascender el último peldaño en la prueba del C-1 500, en la que consiguió la plata en Atenas.

Cal, de 25 años, llega en un excelente momento de forma a estos Juegos. "En plena madurez", reconoce su entrenador, después de una exhaustiva preparación de mes y medio en el embalse salmantino de Saucelle, con unas condiciones muy similares a las previstas en Shunyi, tanto de calor como de humedad.

En Salamanca, donde se aisló por completo junto a su entrenador, sin llevarse ni siquiera móvil, Cal se ha puesto a punto para el reto con el que persigue convertirse en el mejor olímpico español de la historia. Sin duda, el mimetismo con el que el gallego ha preparado estos Juegos, le hacen ser una apuesta de oro para la escuadra española.

Así, de los 93 kilos a los 84 con los que llega a la cita de Pekín. "No le ha costado demasiado, solo con lo que quema en los entrenamientos y regulándole la dieta ha tenido bastante", cuenta Morlán. Pero, sobre todo, Cal ha afinado los pequeños detalles de explosividad que necesita, después de hacer trabajo de carga desde el pasado enero en las aguas del río Lérez, en el Club Naval de Pontevedra, donde tiene su cuartel general.

OPTIMISTA "Mis sensaciones son muy buenas", reconocía Cal después de asegurarse el pase a la final de forma directa en las dos eliminatorias en las que tomó parte. "Me he encontrado muy cómodo en las dos regatas", explicó el palista pontevedrés. "Mis sensaciones son bastantes buenas, incluso un poco mejor que en Atenas, aunque eso es algo difícil de medir. Entonces ya era subcampeón del mundo y estaba en la élite. Ahora que ha pasado un tiempo soy un poco más maduro".

En Shunyi, sabe muy bien quiénes son los rivales a los que tendrá que marcar. El alemán Andreas Dittmer, de 36 años, con tres oros en su palmarés, y seis títulos mundiales; el húngaro Attila Vajda, bronce en Atenas y vigente campeón del mundo, y el ruso Maxim Opalev, doble medallista olímpico y tres veces campeón del mundo.

ESTRENA CANOA Vajda y Dittmer no han dado pistas sobre su estado en la series, pero Opalev se impuso en la fase de clasificación con el mejor tiempo."Todos nos conocemos bastante, no me interesa ni me importa lo que hagan, solo me importa alcanzar mi mejor nivel", señala.

Cal estrena una canoa, igual que la que utilizaba hasta ahora, de 5,20 metros de largo y 16 kilos de peso, ligeramente modificada respecto a la de los entrenamientos. Tras cumplir el trámite de pasar el control en el último Europeo, como exige la Federación Internacional, el campeón olímpico la facturó con el resto del equipo hace dos meses. Ahora, solo le queda escribir la conclusión a cuatro años de trabajo preparando esta cita. "Hay que luchar por el oro. Después puede pasar cualquier cosa. Pero si sales pensando en ser segundo o tercero, seguro que no lo vas a conseguir", sentencia.