Las ilusiones eran muchas, quizá demasiadas, y la realidad ha llegado en forma de gran bofetada a las mejillas de la natación española, que ha hecho un pobre papel en Pekín: un solo finalista (Aschwin Wildeboer, sexto en los 100 espalda) y una semifinalista (Nina Zhivanevskaya).

A pesar del resultado, el director técnico del equipo, el italiano Maurizio Coconi, se mostró ayer satisfecho por el papel de los nadadores españoles. "Los resultados no se pueden ver solo en función de los Juegos". Y recordó el buen papel de los participantes españoles en otros campeonatos, como los Europeos de Eindhoven, donde Mireia Belmonte logró el oro en los 200 estilos. Coconi destacó que en los Juegos de Pekín "siete nadadores han mejorado sus marcas" y lamentó que varios integrantes del equipo español le hayan "faltado al respeto".

Uno de los críticos con el director técnico ha sido el mallorquín Marco Rivera. "A ver si tenemos una dirección adecuada en los próximos años y podemos seguir adelante", dijo Rivera, que criticó que no todos los nadadores del equipo español han tenido el mismo trato.

No son de la misma opinión Belmonte y Zhivanevskaya. La primera afirmó que: "cada uno es responsable de lo que entrena", dijo. También Zhivanevskaya, que se retira, apoyó al técnico. "Si no hay respeto, no hay disciplina y no hay nada".