Jugaba Nadal en la pista central del complejo olímpico de Pekín mientras se oían los gritos de los aficionados serbios festejando el apurado triunfo de Novak Djokovic sobre Gael Monfils, el larguirucho francés. El manacorense, entre tanto, se montaba una fiesta de madrugada, como si fuera algo de coser y cantar. Tenía prisa, muchas prisa, por irse a dormir. En 63 minutos había liquidado al austriaco Jurgen Melzer con un 6-0 y 6-4. Pero tenía tanta prisa por marcharse de la pista para descansar algo más ante la semifinal olímpica de hoy. El desgaste de Djokovic (necesitó 2 horas y 21 minutos) fue superior al de Nadal, pero el último precedente invita a la prudencia. Al menos, eso defendía anoche el español.

"Djokovic es el mejor en esta superficie, junto a Federer. Es el jugador que más partidos ha ganado y el que mejor está jugando en estas pistas. Será un rival dificilísimo. Lo sé, soy consciente. Perdí, por cierto, con él hace semana y media", recordó Nadal, en referencia a su derrota en la semifinal del torneo de Cincinnati. La lleva grabada en la memoria. Sabe, además, que se asoma a una oportunidad histórica: culminar el Nadal slam. O sea, conquistar Roland Garros, Wimbledon y el oro olímpico en un mismo año. Sin olvidar que el Abierto de EEUU está a la vuelta de la esquina. "Estar en una final olímpica sería impresionante", dijo el próximo número uno. "Y ganar una medalla, sea cual sea, también será impresionante".

UN "PAR DE DESPISTES" Mientras la lluvia castigaba el complejo olímpico de Pekín, Nadal descansaba en la Villa Olímpica. Cuando llegó a la pista, no perdió el tiempo, fulminando a un asombrado rival en un primer set perfecto. El austriaco no entendía nada. En el segundo, el español cometió "un par de despistes" que provocaron que hubiera partido. Lo de antes había sido una exhibición. "Me he sentido muy bien, he jugado un gran primer set y un buen segundo", recordó Nadal, quien no le dio importancia a la trasnochada hora --medianoche-- en que comenzó el partido. "Estamos acostumbrados a esperar", se limitó a decir.

"SORPRESA" DE FEDERER A lo que también se está acostumbrando Nadal es a ver perder a Federer algún partido de forma inesperada, aunque no lo tenga por rival directo. "Sí, ha sido una sorpresa", admitió valorando la caída del suizo ante el norteamericano Blake.

"A veces me sorprende que la gente que sigue el tenis esperéis cada semana una final entre Federer y yo", dijo el español en una diminuta sala del complejo, mientras el suizo hablaba a la misma hora (dos de la madugrada en China) en otra sala. Aunque, la realidad manda y lo cierto es que Roger Federer ya no puede ser campeón olímpico; Nadal, sí.