España ha creído en los milagros, ha buscado lo imposible y ha cuajado, junto con la imperial selección de los Estados Unidos, los mejores 20 minutos que se han visto hasta ahora en el torneo de baloncesto olímpico femenino de Pekín 2008, llenos de un espectáculo que, por diversos factores ajenos a ambos equipos, no han podido prolongarse.Las subcampeonas de Europa pueden soñar con encaramarse por primera vez en la historia al podio olímpico por derecho propio. Las americanas, poseedoras de una serie de victorias consecutivas que ahora se eleva a 29-0 (en el total de las participaciones olímpicas asciende a 46-3), también lo deben saber.Pekín 2008, después de cuatro apariciones de las estadounidenses, reinas indiscutibles de la canasta olímpica femenina, ha asistido atónito a un primer tiempo deslumbrante del equipo de Evaristo Pérez (39-34). Nadie había tuteado así a las chicas de Anne Donovan hasta ahora. Absolutamente nadie.Las españolas plantan caraLos encuentros de las estadounidenses han acabado de forma casi inmediata trirurando sin pestañear a quienes se les han puesto por delante. Ejercen una hegemonía incontestable y merecida. La formación de EEUU ha albergado la carrera olímpica de Laurent Jackson, récord de metales olímpicos del baloncesto en los Juegos --tanto masculino como femenino-- con cuatro oros y un bronce.Pero nada asusta a un grupo de chicas que no son las más altas, ni las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más nada. Un colectivo que habla el idioma del baloncesto, del compromiso, de la ambición deportiva, del honor olímpico. Una pandilla de amigas que juegan juntas, ríen juntas y pasean el nombre de España por el mundo con clase, rectitud, respeto y alegría.El equipo nacional femenino es un orgullo para el deporte español que acumula cuatro medallas consecutivas en Europa (tres bronces y una plata) y que ha venido a los Juegos para poner el corazón y todo lo que lleva dentro en pos de un hito histórico. Que ha mirado directamente a los ojos a las estadounidenses y se ha movido sin complejos, al más puro estilo del insigne Barón de Coubertain.Falta técnica decisivaDespués de regalar a todos, incluidas las rivales, un precioso primer tiempo y resucitar tras un vendaval estadounidense de 15-0 (19-4), no han podido seguir más allá. Aunque lo más lógico es que hubiera terminado arriando el pabellón frente a las magníficas norteamericanas, ha sobrado todo lo que ha ocurrido nada más volver del vestuario.La obcecación de alguien, puede que las ganas de protagonismo o de querer demostrar quien llevaba los pantalones, ha acabado en una técnica sobre Laia Palau que, sin la más mínima responsabilidad de las norteamericanas --que se han limitado a hacer su trabajo--, ha acabado con las esperanzas de las españolas al pasar de 39-34 a 48-34, un 9-0 que incluye los tiros libres de la técnica.La infracción ha provocado un efecto moral que ha afectado a las tres o cuatro acciones siguientes. Nunca se sabrá que hubiera pasado si todo eso no hubiera sucedido. Las chicas de los EEUU se bastan por sí solas para hacer lo que se propongan, pero habría sido magnífico que España hubiera podido seguir divirtiéndose y divirtiendo.Ficha técnicaEstados Unidos, 93 (22+17+23+31):

Bird (-), Smith (2), Taurasi (12), Thompson (17), Leslie (14) -cinco inicial-, Catchings (9), Parker (13), Fowles (10), Lawson (5), Augustus (7), Pondexter (4) y Milton-Jones (-)

España, 55 (17+17+10+11): Aguilar (-), Palau (-), Torrens (2), Montañana (10), Pascua (8) -cinco inicial-, Lima (3), Valdemoro (17), Martínez (10), Sánchez (2), Nicholls (3) y Abalde (-).

Árbitros: Facchini (ITA), Townsend (CAN) Y Al-Amiri (KUW). Han excluído por personales a Lima (m.40). Han señalado técnica a Palau (m.23).

Incidencias: encuentro de la tercera jornada de la primera fase del torneo de baloncesto femenino de los Juegos de Pekín disputado en el pabellón Wukesong ante unos 11.000 espectadores.