ESPAÑA: España (16+14): Hombrados (Barrufet), A. Entrerríos (4), Rocas (7), R. Entrerrios (1), Garabaya (3), Prieto (1), Belaustegui (1), Lozano, Davis (2), Juanín García (6), Iker Romero (1), Tomás (1) y Malmagro (3).

POLONIA: (17+12): Szmal (Wichary, ps), Jaszka, Jachelevski (3), Lijewski (4), Tkarkzyk (2), Bielecki (2), Siodmiak (2), Jurecki (4), Jurasik (4), Michal Jurecki (2), Tluczynski (3), Marcin Lijewski (3) y Piwko

PARCIALES: 3-2, 6-6, 10-8, 12-11, 13-15, 16-17 -descanso- 18-19, 19-22, 21-25, 25-27, 28-28, 30-29

ARBITROS: Chernega y Poladenko (Rusia).

España ganó a Polonia un partido marcado por la meritoria reacción del equipo de Pastor en la segunda parte, en la que el guardameta del Ciudad Real José Javier Hombrados se puso el traje de superhéroe para liderar al equipo español, que consigue su primera victoria en los Juegos Olímpicos (30-29).

Pastor abogó ayer por una defensa 5-1, con David Davis avanzado, y también decidió apostar inicialmente por Critian Malmagro. El joven lateral del Portland fue junto a Rocas y Entrerrios de lo mejor en un buen inicio de España, que llegó a mandar 6-3.

Sin embargo, la calidad de los lanzadores con los que cuenta Polonia, vigente subcampeón del mundo, permiten a su entrenador, Bogdan Wenta, muchas variantes.

Polonia reaccionó esta vez desde el pivote y, mientras tanto, España acusó las pérdidas de balón y la falta de fluidez de Entrerríos, que no movió a sus compañeros como otras veces. El equipo apenas elaboraba sus jugadas se ataque y la precipitación acabó por distanciar a Polonia, aunque Pastor intentó cortar el ritmo de sus rivales con un tiempo muerto en el minuto 25 y 13-15 en el marcador.

El entrenador vallisoletano plasmó sobre el campo la idea que ya llevaba mucho tiempo madurando, jugar sin portero en ataque cuando el equipo está inferioridad. Es un riesgo, hay que acabar la jugada y no perder el balón, pero también es una forma de desconcertar al rival.

La jugada no acabó en gol pero Polonia debió sentir algo muy parecido al desconcierto, ya que cedió terreno camino del descanso (16-17) después de estar cuatro goles arriba en esta fase.

SOLVENCIA Los polacos salieron a por todas en la reanudación, pero se encontraron con el guardameta José Javier Hombrados. España no aprovechó inicialmente la inspiración de su portero, ni una fase de superioridad numérica, así que Polonia empezó a despertar de nuevo.

El poderoso brazo de Lijewski encontró los huecos para volver a estirar la diferencia hasta tres goles, pero Hombrados decidió que ayer era el día para ser protagonista y paró balones imposibles (hasta con la cara).

Parecía que no iba a ser suficiente la aportación del guardameta del Ciudad Real. Otro empujón de los polacos colocó un 21-25 en el marcador y Pastor pidió tiempo muerto porque España estaba sufriendo una "recesión" en toda regla.

La cosa parecía no tener arreglo. Los españoles estaban cayendo por un precipicio y con el 22-27 (min. 17) el partido ya parecía perdido, pero la fe le dio cuerpo al milagro.