LITUANIA (19+23+24+20): Jasikevicius (19), Kaukenas (11), Siskauskas (7), Javtokas (15), Ksystof Lavrinovic (13) -cinco inicial-, Lukauskis (-), Petravicius (2), Kleiza (-), Jasaitis (19), Darjus Lavrinovic (-)

ESPAÑA (21+19+22+29): Raúl López (7), Rudy Fernández (18), Jiménez (11), Garbajosa (8), Pau Gasol (19) -cinco inicial-, Marc Gasol (6), Navarro (-), Ricky Rubio (4), Reyes (13), Berny Rodríguez (2) y Mumbrú (3).

ARBITROS: Pitsilkas (GRE), Mercedes (DOM) y Maranho (BRA). Excluyeron por personales a Petravicius (m.32), Lavrinovic (m.34) y Siskauskas (m.40)

Pau Gasol se encargó de abrir la última puerta de los Juegos Olímpicos para la selección española. La puerta de acceso a la final, en un pulso agónico frente a Lituania (91-86), que no se aclaró hasta el último segundo.

El pívot de Sant Boi (19 puntos) se vació ayer en la cancha en un trabajo titánico, de desgaste, posiblemente de poco brillo, pero de una tremenda productividad, que fue minando poco a poco a Lituania. Frente a las acciones interiores de Gasol, los pívots de la selección báltica fueron cayendo uno a uno, derrotados todos los que le plantaron cara: Javtokas, Petravicius y Lavrinovic.

Por supuesto, no fue el triunfo de un solo hombre. Hubiera sido imposible afrontar el reto de una semifinal. Gasol estuvo prefectamente arropado por sus compañeros. Apareció Rudy Fernández, empeñado en colgarse, de una vez, los galones de estrella de esta selección. Apareció el capitán Carlos Jiménez, que tuvo un papel clave con los tiros libres del último cuarto. También lo hizo Reyes, aportando su capacidad de lucha, su tenacidad. Y, por supuesto, Ricky Rubio, al que no le pesó la trascendencia del encuentro, y sumó forzando pérdidas y faltas en los lituanos que dieron aire al equipo español.

Hizo falta todo eso. Y mucho más para tumbar a Lituania, que ayer ofreció una imagen poderosa. Para dar el último paso, hizo falta que España se sacrificara en defensa, desactivando a un equipo letal desde la media distancia (12 triples, cinco del nuevo fichaje de la Penya, Jasaitis), y que hasta la última canasta de Jasikevicius, otro triples a falta de seis segundos, soñó con colarse en la final, justificando su inmaculado palmarés olímpico, que le ha llevado a encadenar tres bronces y una cuarta plaza desde los Juegos Olímpicos de Barcelona-92.

La ausencia de Calderón elevó el grado de dificultad a la conquista. Pero, en el complicado exámen que suponía afrontar el partido decisivo sin el base titular, tanto Raül López como Ricky supieron dar la cara, aunque enfrente tuvieron al mejor director de juego europeo de la última década, Sarunas Jasikevicius, el alma de Lituania.

España aprobó incluso el resto de su puesta en escena. Pero hay que darle todo el crédito que se merece a Lituania, que envenenó el encuentro con su defensa y su acierto en la media distancia. Con cinco triples anotados de forma consecutiva en el segundo cuarto, Lituania destrozó el orden defensivo español y el control ejercido por el equipo de García Reneses desde el primer cuarto

La selección buscó con paciencia minar la resistencia del equipo báltico con balones servidos a Pau Gasol cerca del aro, el aspecto que mejor ha definido al equipo desde el inicio del torneo. En algunos instantes, hasta con ventajas de ocho puntos, pareció que España tendría fuerza suficiente para romper el encuentro. Pero frente a un equipo como Lituania, sobrado de talento en todos sus jugadores, no hay nada seguro hasta el final del partido.

DEFENSA EN ZONA Los jugadores de Ramunas Butautas lo demostraron con un segundo cuarto inmejorable, que dio un giro radical al guión. Triple tras triple, los bálticos volvieron a meterse en la pelea, hasta colocar a España en una situación muy incómoda (36-42) que solo la picardía de Ricky arregló segundos antes del descanso. Primero forzando una pérdida de los lituanos en un saque de fondo. Y, luego, arrancándole a Jasikevicius una falta con el tiempo agotado que dejó todo en el aire (40-42). Después, la selección tuvo la paciencia suficiente para ir madurando su victoria, con una defensa en zona que creó muchas dudas a su rival. Gasol acabó de rematar a los pívots lituanos en un tercer cuarto pleno de eficacia y, a partir del trabajo defensivo en este periodo, España llegó a la fase decisiva con el margen suficiente (81-74, m. 37) para que nada la pudiera inquietar.