Fermín Mayorga es un cocinero de Cheles que trabaja en Madrid y cuya pasión es la investigación histórica. En los últimos años se ha dedicado a indagar en las actuaciones de la Inquisición en la región. De momento, tiene documentados 3.500 casos de extremeños que fueron asesinados como consecuencia de sentencias dictadas por el tribunal, de los que una veintena murieron por ser gays o lesbianas. Algunos de estos casos aparecerán recogidos en un libro sobre la Inquisición y la sodomía en Extremadura .

"El libro recoge los casos de nueve sodomitas condenados por la Inquisición en Extremadura entre los años 1500 y 1700, que fueron los de mayor dureza", señala Mayorga, quien destaca que "la publicación refleja cómo la Inquisición destruyó a muchas familias en la región".

El trabajo realiza un recorrido por la historia de la sodomía para desarrollar posteriormente el caso de algunos extremeños condenados por la Inquisición. "La homosexualidad extremeña no se había tocado nunca y es necesario contarlo, porque es una parte de nuestra historia".

El libro detalla historias como la de una joven lesbiana, esclava de un señor de Salvatierra de los Barros; un sacerdote de Zafra hermafrodita que tenía más desarrollado el lado femenino y mantenía relaciones con varias personas; el del morisco de la posada de Campillo de Llerena, que denunció al obispo de Salamina tras descubrirle manteniendo relaciones con su paje, menor de edad, y con el propio sobrino del obispo; el de un fraile de Montemayor que pedía a los jóvenes que se confesaban que mantuvieran relaciones con él; también documenta un caso de zoofilia de un joven que practicaba el sexo con una burra.

Asegura Mayorga que las sentencias no eran iguales para todos. Con las personas relacionadas con la Iglesia, como los casos del sacerdote y el obispo, se intentaba una "reconversión", para lo que tan solo se les "escondía" durante un tiempo, mientras que los que habían mantenido relaciones con ellos eran quemados o sentenciados a fuertes castigos físicos.

"Lo que hago en el libro es explicar qué era y en qué consistía uno de los autos de fe que se realizaban en Llerena. Desde las siete de la mañana todo el pueblo estaba en pie esperando la procesión de los reos, se leía públicamente la sentencia y los condenados a la quema salían por un callejón hacia las afueras", relata Mayorga, que no descarta elaborar en un futuro un libro en el que se realice un repaso completo sobre las actividades de la Inquisición en Extremadura. De momento tiene sobre la mesa unas 3.000 páginas de legajos extremeños en los que se recogen sentencias de brujas, judíos, sodomitas y moriscos.