La pasarela madrileña se debatió ayer entre el look que conlleva el pop inglés, y que Larraínzar subió a la pasarela al ritmo de The Clash y Pet Shop Boys, y el rock setentero que Roberto Torretta imprimió en sus diseños, otra vez con el cuero en sus múltiples facetas como tejido estrella.

Larraínzar presentó su colección como si tratase de vestir a la mujer para un paseo por la campiña inglesa. El tweed, el cashmere y las sedas pintadas a mano fueron una constante en un desfile en el que destacaron los tonos dorados, los marrones y granates y el verde botella.

Torretta, por su parte, apostó por el negro en todas sus variaciones, solo roto por alguna prenda plata o lila, y la mezcla de tejidos masculinos --la franela-- con los típicamente femeninos --como la gasa y el tul--.

Entre ambos, los brillantes Ailanto tuvieron como referente la imagen bohemia de Catherine Ross, protagonista de El Graduado y la de All MacGraw, de Love Story. Y fue con los acordes de la banda sonora de este último clásico del cine con los que comenzó uno de los desfiles más destacados de la jornada.

Dree Hemingway, bisnieta del Nobel de Literatura, recaló ayer en Cibeles (foto) invitada por Moët Chandon. A sus 19 años, ya ha colaborado como actriz en dos películas y ha desfilado en las pasarelas de Milán, París y Londres. Pese a que ahora prefiere dedicarse a su carrera cinematográfica, confiesa que participar en Cibeles podría ser muy interesante, "porque hay diseñadores realmente buenos".