A Manolete no le mató Islero; también se lo llevaron por delante la competición con Luis Miguel Dominguín, el mal de tripas crónico por una pobre alimentación de niño, el whisky y las juergas con Lupe Sino". Esta tesis, que enmienda la de las enciclopedias que dicen que el ídolo de los ruedos en los años triunfales murió en la plaza de Linares, el 27 de agosto de 1947, víctima de dos cornadas de un miura, centra la biografía del periodista Juan Soto Viñolo, Manolete. La vida y los amores de un torero de leyenda (La Esfera de los Libros), que el martes sale a la venta.

Además de esta historia novelada, profusamente documentada, la película Manolete, que participará en Cannes en mayo, también ha puesto de actualidad la figura del ídolo de masas cordobés de la posguerra. "Adrien Brody guarda gran parecido con el torero, pero Penélope Cruz en nada se parece a la aspirante a actriz", opina el crítico taurino, que supone que el filme será "una historia de amor hollywoodiense" que no profundizará en la pasión de Manolete por Antonio Bronchado Lopesino, más conocida como Lupe Sino en el madrileño bar de Chicote.

LA CELESTINA PASTORA El matador y la starlet se conocieron en 1943 gracias a Pastora Imperio. El flechazo fue "en el mejor bar de España y uno de los mejores del mundo", según Hemingway.

"Manolete se encoñó porque la guadalajareña era jaca fina, experta con sus armas de mujer, y el espada, un pardillo de casi 30 años, medio virgen, que se rindió ante una lagarta con muchas corridas a la espalda en el albero de Perico Chicote," escribe Soto Viñolo. Ella "era una mujer guapísima, de melena ondulada, estatura media, ojos verdes y boca sensual". Caprichosa y de carácter fuerte, había tenido varios protectores (toreros, industriales y ministros de Franco) que le habían permitido subsistir. A Manolete no le importó que se ganara la vida como sus hermanas --a las que, ya rico y famoso, retiró de las casas de prostitución casándolas bien--, ni que su cuadrilla y su propia madre --Angustias Sánchez-- la apodaran la Serpiente.

BODA FRUSTRADA Con ella viajó a México, conoció el sexo, el amor, el whisky, la cocaína y las noches flamencas. Hasta que su salud se resintió tanto como su orgullo, porque "el grupo de partidarios de Dominguín le abroncaban en sus corridas".

Manolete y Lupe Sino iban a casarse en octubre de 1947, pero Islero lo impidió. Cuando el torero murió, Lupe acudió al hospital de los Marqueses de Linares para casarse con Manolete in artículo mortis. Pero el apoderado Camará y el albacea Alvaro Domecq lo frenaron.