Con este clásico (no siempre bien ponderado) de Scorsese confirmó el actor su interés por los romances más o menos difíciles, una temática repetida en ‘The boxer’ y ‘El hilo invisible’. Para preparar su papel del joven abogado Newland Archer, estudió toda la bibliografía sobre formalidades del siglo XIX. ¿Cómo se actuaba entonces en sociedad? ¿Y cómo podía Archer aprender a contener, sin dejar de expresar, el fuego bajo la piel? Decía Scorsese en ‘Entertainment Weekly’ que, cuando empezó el rodaje, Day-Lewis «iba con el bastón aunque las cámaras no estuvieran en marcha, y hacíamos bromas con ello. Pero, en realidad, la forma de hablar educada de Newland se parece mucho a la de Dan».