La claustrofobia puede ser entendida como el miedo a los espacios cerrados (un ascensor, el vagón del metro, una sala pequeña, e incluso un aparcamiento subterráneo...). Al igual que la agorafobia, existen distintos niveles de claustrofobia, por lo que la claustrofobia puede expresarse como un simple miedo o como una respuesta exagerada de ansiedad ante espacios cerrados y poco ventilados.

A parte de ser bastante común, el miedo irracional a los espacios abiertos es una fobia que incapacita mucho al individuo. Esto se debe a que el estímulo que se evita a toda costa, en este caso está extendido a cualquier situación que implique estar en un espacio abierto. Una persona con agorafobia severa no será capaz de asistir a eventos sociales, ir a cualquier reunión e incluso no podrá salir de casa.

El miedo a las alturas es una fobia bastante común. La respuesta más adaptativa que tiene el ser humano ante una situación de peligro como puede ser estar en un lugar alto es apartarse y volver a situarse en un espacio seguro. Sin embargo, la acrofobia puede producir situaciones de profundo malestar ante pequeños estímulos como, por ejemplo, asomarse a una ventana o subir unas escaleras.

La aracnofobia se define como el intenso miedo hacia las arañas. Es una de las fobias más comunes hacia un animal y, por ende, una de las más estudiadas. Las personas que padecen este tipo de trastorno suelen mantenerse alejadas de espacios donde puedan aparecer estas criaturas, porque en el caso de toparse con un arácnido pueden llegar a responder con altos niveles de ansiedad.

A casi todos y todas nos da cierto reparo hablar ante una multitud de personas, no obstante, disponemos de herramientas para calmarnos y superar este tipo de situaciones. En el caso de las personas con glosofobia, este miedo a hablar en público se convierte en una sensación de ahogo, nervios extremos y ansiedad que impiden al individuo actuar de una manera correcta y tranquila.

En primer lugar, es importante explicar que no todas las fobias son «extrañas», están dirigidas a objetos cotidianos o a estímulos que no producen miedo normalmente. El miedo es una respuesta adaptativa de nuestro organismo que surge a

partir de la necesidad de identificar aquellos estímulos potencialmente peligrosos para nuestra especie. Por esa misma razón, las fobias más comunes están directamente relacionadas con objetos o situaciones identificada como peligrosas.