-La semana pasada entrevistábamos al pintor taurino Jacinto Alcón. Le lanza la siguiente pregunta: ¿Le gustan los toros?

-¿Me la puedo guardar para mí y no contestar? (evade así la pregunta y sonríe; se nota que el cantante anda con pies de plomo y evita meterse en líos).

-Bien, continuemos pues con la siguiente pregunta: ¿Cuál es su mejor canción?

-Creo que todas las canciones son importantes para mí. Todas tienen su importancia y la verdad es que me sería muy difícil quedarme con una. Evidentemente hay canciones como ‘El arte de vivir’, ‘De qué manera’, ‘Tú me obligaste’, ‘Contigo’ o ‘Tengo un corazón’, que son canciones que significan mucho y que me han dado mucho.

-En menos de tres años se ha convertido en uno de los artistas emergentes del pop español. Acumula ya cuatro discos de platino y un disco de oro. ¿Qué es la fama?

-La fama es algo que va agarrado de la mano a mi trabajo, no la tengo mucho en mente, simplemente soy más de seguir el camino. La fama es algo que está fuera de mis pensamientos y es una situación más de mi vida diaria. Lo que realmente me preocupa cada día que pasa, cada día que tengo la suerte de subirme a un escenario, es que todo esté al gusto de mi equipo y que podamos ofrecerle a mi público y a mis fans lo que realmente queremos.

-Su paso por el Palacio de Congresos de Cáceres el pasado 14 de abril fue todo un éxito. Gente que pagó hasta 75 euros por verle. Había una legión de seguidores esperándole a las puertas de su camerino, llorando por hacerse una foto a su lado, y hasta le regalaron cajas de fresas envueltas en papel celofán. ¿Tiene 23 años, cómo se gestiona a esa edad todo esto para que la popularidad no le transforme?

-(Sonríe). Creo que nunca debes olvidar de dónde vienes, esa es la base de cualquier persona en la vida, y no importa el trabajo que desempeñes. Nunca debes olvidar dónde están tus raíces; llevando eso siempre por bandera te va a ser fácil gestionar todo lo que te propongas en la vida.

-Usted ha salido de un concurso de televisión, durante una época denostados, pero que ahora vuelven a estar en una situación emergente. En la primera edición de ‘Operación Triunfo’ usted era un niño ¿Soñó algún día ganar un concurso?

-La verdad es que nunca me propuse eso. Gané Eurojunior y fui a Eurovisión Junior en representación de España, pero aquello me tocó con 10 años y nunca en mi vida me había imaginado hacer eso, y muchísimo menos representar a España. Son cosas que pasan en la vida, que te las llevas como experiencia, y si le digo la verdad nunca pensé que otra vez tendría la fortuna de vivir una experiencia así. Soy más de dejarme llevar, soy más de seguir mi senda, pero me tocó vivir esta experiencia, obviamente fue muy bonita, y esas cosas hay que saber aprovecharlas. No obstante, el público es el que manda, y si tienes la gracia de que ese público empieza a ir contigo entonces tienes la suerte de tu lado. Y yo le debo mucho a mi público y le tengo que dar las gracias durante toda la vida.

-¿Cómo hubiera sido su carrera sin ese concurso, si su madre no hubiera llamado aquel día para que usted hiciera las pruebas de ‘La Voz’ y le dijera: ‘Vamos a quemar el último cartucho’?

-Bueno, pues no sé qué hubiera sido de mí. Hubiera seguido intentándolo, hubiera seguido con mis estudios. Sí puedo decir que estaba preparándome para ser profesor, pero bueno, también soy partidario de que lo que está para uno, va a estar, y eso es así, tarde o temprano lo que está para ti, llega.

-Pero la clave no es solo ganar un concurso, la cuestión es cómo mantenerse en este mundo de la música después de pasar por un concurso de televisión...

-Para mí la música es mi vida, la trato como a una persona más porque me ha dado mucho. Me da mucho a nivel personal, a nivel de sentimientos, y la música para mí es lo más grande y lo que más me llena, es la felicidad en estos momentos. ¿La clave para mantenerse? Depende de tu esfuerzo pero, evidentemente e insisto, del público; son ellos los que reclaman tu música, los que acuden a tus conciertos. Y gracias a Dios estoy teniendo esa suerte, y ojalá la siga manteniendo durante muchos años y pueda estar disfrutando de ellos y ellos de mí.

-¿Para llegar hasta aquí hay que ser competitivo?

-No sé si competitivo, pero ambicioso, sí. Pienso que la ambición sana es la que mueve a una persona, la que hace que cada día te propongas nuevos retos. Y ahí tienen que estar tus ganas de seguir avanzando y de seguir cumpliendo metas.

-¿La industria musical ha intentado aprovecharse de usted, quiero decir, le marca por dónde tiene que ir, qué música debe hacer, qué estilo debe tener?, porque dicen que la industria musical es una bestia sin escrúpulos, o vendes o no vales...

-Siempre he tenido claro mi estilo, siempre he tenido claro lo que quería hacer. Obviamente la industria me está tratando enormemente bien en estos momentos porque he tenido la suerte de encontrar un equipo fabuloso, un equipo que me quiere, que apoya mis proyectos, que quiere mis locuras, y eso es lo más maravilloso que podría encontrar, porque eso es lo más difícil de tener y hoy en día lo tengo. Así que le doy gracias a la vida cada día que me levanto por tener un equipo que antes de darme su opinión escucha la mía, porque al fin y al cabo los artistas somos los que nos subimos a un escenario y defendemos los temas y tenemos que estar a gusto. Pasa en todos los trabajos, en el de ustedes los periodistas también, tienes que sentirte arropado, querido, y así vas a desempeñar mejor tu trabajo. He tenido la suerte de encontrarme con un equipo fabuloso de profesionales que aman y quieren mi música.

-Usted pertenece a la llamada generación millenialls, caracterizada por la hiperconexión y la necesidad de autoexpresarse. ¿Cómo ve a a los suyos?

-Somos una de las generaciones más preparadas de la historia, tenemos mucho que enseñar y ahora es el momento de darle paso a nuestra generación; que tiene ganas, actitud y es luchadora.

-En España, la suya es una generación de más de ocho millones de personas que nacieron en la prosperidad, con un entorno político, económico y social infinitamente mejor que el de sus padres, pero que cuando llegaron a la mayoría de edad se dieron de bruces con una durísima crisis que truncó las expectativas de muchos de ellos. Según la Fundación Porcausa, ustedes son el colectivo de los sueños rotos. ¿Cuál es la receta para sobrevivir?

-En mi ámbito personal tengo amigos que siguen estudiando su carrera, que están superpreparados para desempeñar cualquier tipo de trabajo. Y que además trabajan para pagarse sus estudios, lo único que ahora hay muchas menos oportunidades que hace unos años. Creo que el que tiene ganas, el que tiene ilusión, el que está preparado y posee fuerza de voluntad va a estar desempeñando un trabajo y va a estar disfrutando de aquello para lo que se ha preparado. Pienso que eso al final llega. Es verdad que hay amigos míos que han tenido que salir fuera de España para trabajar y sin embargo están viviendo otra experiencia, están aprendiendo idiomas, están disfrutando y realizando trabajos que les están dando la posibilidad de que el día de mañana tengan un currículum amplio y tengan posibilidades de volver a España. A veces es triste tener un país tan rico como el que tenemos y tener que tirar de esa muletilla, pero disponemos de una generación bastante culta que confío en que sea capaz de salir adelante.

-¿Qué le duele del mundo en el que vive?

-A veces no es fácil expresarse y menos a través de los medios (vuelve su cautela ante el micrófono). Creo que hay cosas que van con uno mismo, hay cosas que duelen, que no están al gusto de todos, si fuera todo tan fácil, pues vaya rollo. Así que esa pregunta permítame también que me la guarde para mí, para mi yo, porque la veo algo personal.

-Bien, pero se trata de un mundo liderado por personas como Putin o Donald Trump, de un planeta con países dirigidos por personas bajo sospecha... Es también una sociedad que levanta fronteras y en la que crece la corrupción. ¿No considera que eso es doloroso?

-Creo que eso le duele al mundo, sí. Pero creo también que la sartén al fin y al cabo hay que mirarla muy bien, y la sartén la tenemos nosotros, lo único que no podemos ser conformistas. No soy mucho de hablar de política, la política no es lo mío, y mucho menos de cómo está el mundo, son pensamientos que me guardo para mí. Es verdad que hay que expresarse y salir a la calle y pedir ayuda, pero yo confío en el ser humano.

-Vivimos en un país donde las mujeres reclaman en la calle sus derechos y los pensionistas hacen lo propio. Ustedes los cantantes tienen esa posibilidad de reivindicar un mundo más solidario y equitativo...

-Totalmente, de hecho cada vez que me siento a componer alguna de mis canciones siempre pienso en eso, siempre pienso en el mundo, y se lo digo con el corazón en la mano, y siempre intento ponerme en el lugar de la otra persona. Obviamente si actúo así, mi mensaje se va a captar mejor y si cuento cosas de piel, si cuento cosas que he vivido yo o que he tenido la suerte de que me han contado y lo he llevado a una canción, eso de un modo u otro se va a respirar de una manera diferente. Usted muy bien lo ha dicho, y yo siempre lo digo: que no hay nada más directo en el mundo que la música, que pueda traspasar fronteras. La música traspasa fronteras sin licencia, sin permiso, sin pasaportes, y eso es lo que le falta al mundo. Hablaba usted de la igualdad, yo creo en esa igualdad no solo entre hombres y mujeres, que la doy por sentada, sino de la igualdad entre todos los seres humanos. Y sobre eso debemos ir tomando conciencia y debemos transmitírselo a los niños, a las generaciones que vienen. Pienso que todas esas salidas a la calle para reivindicar los derechos, los derechos humanos, los derechos de las personas, son favorables. Hoy en día un niño se sienta en su casa y lo que ve es la tele, porque yo por ejemplo pertenezco a esa última generación que tuvo la suerte de jugar en la calle; y hoy en día los niños están muy metidos en la televisión, en el mundo de las redes sociales... Reivindicar les va a hacer bien, porque van a tomar conciencia de que hay que luchar contra la homofobia, por ejemplo, reclamar la igualdad de género... Creo en el ser humano y soy consciente de la importancia de ello.

-¿Musicalmente no le da la sensación de que estamos en una época en la que se fabrican cantantes que suenan de la misma manera?

-Creo que no, para nada, una cosa es el género y otra cosa es el artista. Yo puedo hacer un pop, puedo hacer un rock, un heavy metal, un reguetón, un electrolatino, obviamente el género es el mismo pero el artista no lo es. El artista tiene otra manera de entender la música, aunque sea el mismo género, tiene otra manera de expresarla y otra manera de contarla.

-Por su voz aflamencada, le han llegado a denominar el sucesor de Pablo Alborán. ¿Qué le diferencia a usted de los demás?

-Soy andaluz, desde que hago música siempre quise hacer pop-rock, pero llevado a mi raíz, llevado a mi manera de entender la música, llevando ese pop y ese rock a mi quejío andaluz y a mis conocimientos musicales, con los que he tenido la suerte de criarme, y eso me ha marcado. El ir conociendo a muchos cantantes muy grandes también me ha hecho ir conociendo la música desde otro punto de vista.

-Sí, porque ha cantado con Bebe, David de María, Andrés Suárez, Cali y el Dandee, Antonio Orozco, Carlos Rivera o Pablo López. ¿Qué ha aprendido de ellos?

-Cada uno tiene su manera de componer, de entender la música y cada vez que estoy con gente tan grande y tan talentosa que tiene tanto que aportar a la música y al mundo aprendes mucho, aprendes tanto que a veces te es difícil quedarte con tan solo una cosa. Son gente muy grande en todos los aspectos, artistas de a pie, artistas de andar por casa, como los que a mí me gustan, porque al fin y al cabo son artistas que nunca olvidan de dónde vienen, y la verdad que todo lo que me han aportado me ha sido superfácil de digerir.

-Ahora está de gira con su tercer disco, ‘A un milímetro de ti’, ¿puede definirlo?

-El disco más especial de mi vida, por el que tengo que darle gracias a mi público por estos tres años y pico que hemos tenido la suerte de estar juntos y porque este tiempo sean 30 años más o 40 años más en la música.

-En su haber se incluyen canciones como ‘Me haces falta’, ‘Contigo’ o ‘Tú me obligaste’ que ya son la banda sonora de muchas personas de este país... ¿Qué siente cuando escucha tararearlas al público, bueno más que tararearlas, es más correcto decir que se las saben de ‘pe’ a ‘pa’?

-(Risas). Es una de las sensaciones más bonitas que me puede dar la vida y la música, eso de subirme a un escenario y escuchar al público cantar mis canciones me motiva aún más para seguir haciendo lo que hago.

-Usted, cordobés de Palma del Río, ¿cómo recuerda su infancia?

-En la calle con mis amigos disfrutando de lo que era embarrarte, ensuciarte, vivir experiencias como las que vivíamos antes... Cuando me junto con mis amigos y sale esa típica conversación de: ‘recuerdas cuando...’ La verdad que eso es muy bonito.

-Logró ser subcampeón de España de fútbol sala en su categoría. ¿Qué similitudes encuentra entre el fútbol y la música?

-Son dos de mis pasiones y he tenido la suerte de poder disfrutar de ambas. La verdad es que el fútbol me ha enseñado mucho, me ha enseñado a trabajar en equipo, a desvivirme y apoyar a mis compañeros. Creo que es toda una metáfora para la vida, y para mi trabajo en la música, que el trabajo en equipo te ayuda a ser mejor profesional y mejor persona.

-Y para terminar esta entrevista, ¿considera que las canciones son una buena receta para afrontar la ansiedad?

-Totalmente, por eso siempre he sido muy partidario de esta frase: «Quien canta su mal espanta». Y la música es terapia de vida.