El estrés tiene una relación directa con la salud ya que incrementa las sensaciones dolorosas ya presentes o provoca la aparición de nuevas dolencias. El dolor produce estrés y el estrés incrementa el dolor. Se da así una situación imposible de resolver si no se afrontan ambos problemas. Es importante aplicar técnicas de relajación, respiración o midfunless para canalizar mejor las emociones.

Una dieta saludable que incluya vitaminas y minerales siempre ayuda a prevenir las lesiones de espaldas.

Las personas obesas o con sobrepeso

que presenten esta dolencia deben comenzar a perder algunos kilos para poder ir aliviando la presión que tienen sobre su espina dorsal. Por lo que, seguir una dieta balanceada, siempre será la mejor opción.

Una terapia de masajes puede resultar muy beneficiosa para la mayoría de las personas que padecen de dolor de espalda y del nervio ciático.

En estos casos, tanto las técnicas orientales como las occidentales son las más usadas para este tipo de dolores.

Hay que asegurarse de que los masajes

los aplique un fisioterapeuta o un profesional en la materia.

Combinar estiramiento con fortalecimiento ayuda a reforzar los músculos para sostener la columna vertebral de una forma correcta. La combinación de estos ejercicios con estiramientos de cuello, de hombros, de cadera, de glúteos y de isquiotibiales, provocan un eficaz alivio. Es importante realizar estos ejercicios de manera pausada para evitar lesiones.

Al tomar un baño caliente, se alivia el dolor muscular y el cuerpo se relaja cuerpo. Es mejor ducharse, que no tomar un baño para no forzar la posición de la espalda. Y si el agua caliente se acumula en la bañera y cubre los pies, mucho mejor, ya que esto calienta la sangre, que recorre todo el cuerpo desde las extremidades inferiores y alivia la sensación de dolor.

Este tratamiento se usa comúnmente para tratar el dolor ocasionado por el nervio ciático, y al mismo tiempo, va bien para aliviar el dolor de espalda.

Para realizarlo, lo único que hay que hacer es colocar una almohada debajo de las rodillas, ya que esto aliviará la presión que el disco está ejerciendo sobre el nervio ciático, y provocará que el dolor vaya disminuyendo.

Se trata de aplicar un poco de presión

con una pelota o con un objeto duro durante aproximadamente dos minutos.

Esto se realiza directamente sobre la zona que se conoce como punto desencadenante (son lugares del

cuerpo donde se ha producido una

lesión, pero el dolor se ha desplazado a lo largo de los nervios y se siente en otro lugar).

Aplicar frío puede ayudar a reducir la inflamación y entumecimiento que haya provocado el dolor del nervio ciático. Pero ojo, esto solo se debe hacer cuando el dolor sea muy intenso. Ahora bien, el calor ayuda a aumentar el flujo de oxígeno y de nutrientes que llegan al área afectada, y se utiliza generalmente cuando la intensidad del dolor ha disminuido. Se obtienen mejores resultados alternando ambos.