-¿Cómo se da cuenta uno de que quiere ser músico?

-Pues la verdad es que no sabría decirlo, lo que sí sé es que desde muy pequeños tuvimos contacto con la música por nuestro padre, porque él es profesor de música y de guitarra. Lo que sí es cierto es que nunca pensamos dedicarnos a ella, basta que la tuviéramos en casa para que no nos llamara la atención y tardamos mucho tiempo. Pero a los 25 años te das cuenta de que quieres ser músico y cuando lo eres y pasa el tiempo te das cuenta de que no quieres ser otra cosa.

-¿Cómo nace Café Quijano?

-En el año 96 estaba en Estados Unidos y me vine a España. Le dije a mis hermanos: ‘vamos a pensar en hacer un grupo de música’. Le estuve dando vueltas porque creímos que podíamos tener una posibilidad, basta que los tres tocábamos la guitarra, que nos habíamos empapado mucho de música desde siempre y que nos gustaran mucho los boleros desde pequeños, que era lo que nuestro padre escuchaba. Y dijimos, pues vamos a probar con esto porque además había un auge de la música y la gente compraba muchos cd.

-El 20 de enero cantaron en Cáceres y el 2 de febrero lo harán en el Teatro Alkázar de Plasencia dentro de su Tour 2019 ‘La vida no es la, la, la’...

-Cada vez que venimos a Extremadura nos tratan muy bien. Hemos tenido una respuesta del público extraordinaria y nos han tratado siempre con mucho respeto, con mucho cariño, y esperamos lo mismo que las otras veces anteriores que hemos estado, que disfruten, que se lo pasen bien y que lo recomienden a los amigos, que es lo que ha pasado habitualmente, que cuando venimos hay más público del esperado, supongo que por el boca a boca. Creo que la gente es consciente de que disfrutamos mucho en el escenario y de que al final eso se transmite.

-Hablemos de ese disco...

-Es la vuelta al pop después de 15 años del último disco de pop y ha supuesto una alegría, un extra de motivación para seguir tocando. Veníamos de seis años seguidos de actuar sin parar en teatros y auditorios haciendo conciertos con el tema de los boleros, y de repente volvemos al pop y ahora nos encontramos con que tenemos un repertorio interesante en el que combinamos el pop con los boleros de antes.

-La verdad es que en este disco, la canción ‘Perdonarme’, por ejemplo, suena a Café Quijano pero con un toque actual. ¿En qué han cambiado?

-Bueno, todo el mundo si no cambia, por lo menos evoluciona, que al final es de lo que se trata, de no quedarte estancado. Si a la evolución se le llama cambio, pues bueno, también tiene su parte de cambio. Entonces lo único que hemos hecho es seguir tocando como nos gusta y en algunas cosas adaptando ciertos ritmos a nuestro estilo de composición y a la forma de hacer nuestras canciones y nuestro sonido.

-En ese tour también recuerdan sus temas de siempre, sus boleros y algunos nuevos hits, ¿qué se va a encontrar la gente?

-Efectivamente eso. Sobre todo van a encontrar, quien nos haya seguido, canciones que ha escuchado durante muchísimos años y muchos dirán: «Coño, si esta también me suena»; porque hacemos canciones desde el primer disco hasta el último, y de eso hace ya 21 años, y la gente se va a encontrar con momentos más sentimentales dentro del bolero, con momentos mucho más divertidos que hacen que se baile, que se pongan de pie y que se lo pasen genial con las canciones más movidas.

-En el disco cuentan con dos colaboraciones, entre ellas una con Willy Bárcenas. A ustedes siempre les recuerdan que Willy es el hijo de Bárcenas, ¿no le parece una pregunta prejuiciosa?

-Bueno, es que entiendo que a mí no me preguntan por mi padre. Es cierto que es algo que es una faena para él porque realmente no tiene nada que ver una cosa con otra; son cosas totalmente independientes, pero en su caso, en el nuestro y en el caso que sea, por mucho que tu padre tenga el tipo de connotación que tenga. Tu vida es tu vida y la de tu padre es otra, y sobre todo cuando tienes algo que ver con el mundo artístico y nada tiene que ver tu familia. En esos casos lo tildo como demasiado sensacionalista, buscar sensacionalismo sin necesidad.

-Willy Bárcenas lidera Taburete. Hable de ese grupo...

-Es un grupo que está ocupando un espacio en la música que gusta a más gente de la que uno se imagina y está consiguiendo cosas grandes de verdad. Llenar varias veces el WiZink Center de Madrid es de lo más meritorio. Hacen una música entretenida, divertida; pero sobre todo son unos tíos extraordinarios.

-Llevan más de 20 años en la música, ¿cómo se dura tanto tiempo, qué marca de pilas usan, Duracell?

-(Risas). Pues creo que es el tener siempre ganas de seguir haciendo cosas, de seguir disfrutando con ello y de no tomártelo como una obligación, que en ningún momento es una obligación sino un placer y ser consciente de que, bueno, pues que al final también es nuestro modo de vida, un modo de vida muy gratificante y que nos hace disfrutar de él. Ojalá que todo el mundo pudiera tener esa suerte de trabajar en lo que le gusta, porque es una satisfacción enorme el hecho de poder dedicarte 20 años seguidos a una profesión que te entusiasma cada día más. Quizás ese es el secreto, el tener siempre el estímulo de no parar y de ver cosas en el futuro que te va a apetecer hacer.

-También le han preguntado muchas veces, a propósito del título de este disco, que si la vida no es la, la, la, como cantaba Massiel...

-(Más risas). Bueno, nos lo han preguntado alguna vez, sí. No deja de ser un título un tanto curioso que hubiera podido ser lo contrario. Es decir, hubiéramos podido titular: ‘La vida sí es la, la, la’. Al final ese título es una extrapolación del título de una canción al título general del álbum y no tiene más pretensión de que sea un título de fácil recuerdo. Tiene que ver con la connotación que el tema tiene con un disco.

-Pero lo cierto es que la vida no es como la pensábamos. Ahora aparecen los llamados partidos emergentes, ¿qué opina de la irrupción de Vox?

-Opino que en democracia todo es posible y que el respeto a las opiniones de absolutamente todo el mundo, de cualquiera de sus vertientes políticas, ha de ser lo que prime, el respeto a la opinión de absolutamente todo el mundo, del lado político que sea.

-¿Cree que un sector de Podemos está empezando a ser cuestionado por la ciudadanía?

-¿Sabe qué pasa?, que nosotros procuramos implicarnos lo menos posible en política porque creemos que nuestro cometido es otro. Entonces lo de la política lo dejamos para los que supuestamente entienden. Nosotros tenemos nuestras ideas, nuestro ideario político, y es nuestro, no es público. Este tipo de cosas creo que no nos corresponden porque, digas lo que digas, en cualquier aspecto de la política, siempre se va sentir alguien ofendido, y lo que no queremos es ofender a nadie porque estamos aquí para hacer música, para disfrutarla y para hacer disfrutar.

-Es una postura cómoda...

-Sí, es como el que evita confrontaciones continuamente en la vida, en todos los sentidos, en la familia, en los amigos, en la sociedad en general, ¿para qué te vas a buscar enemigos sin necesidad?

-Así que mejor no preguntarle por Cataluña...

-(Risas). Quizá lo de Cataluña es más lógico pensar que lo único que uno quiere es que todo lo que se haga o se diga sea desde el ámbito constitucional, que es por lo que se rige el statu quo.

-Pues ahí sí se ha mojado...

-Lo mismo que en todo lo demás pienso que las cosas tienen que hacerse, de cualquier lado político, desde el punto de vista de la democracia y de una Constitución que existe en este país.

-A propósito de su paso por esta región, ¿qué opina de la situación del tren en la comunidad autónoma?

-Somos conscientes de las exigencias lógicas y de la necesidad de todo ello. Me parece que, coño, como en León tanto tiempo estuvimos esperando el AVE y cuando llegó se notó en todo. Las comunicaciones, las infraestructuras, las estructuras que comunican las ciudades al final marcan el nivel de desarrollo de un país. De lo que se trata es de que todo el mundo tenga las mismas oportunidades de comunicación, de acercamiento a cualquier otro mundo.

-¿Qué es ser leonés?

-Ser leonés tiene una connotación especial, supongo que como ser extremeño o ser andaluz. El leonés es un personaje que dicen que es muy recio, muy cabezón, que no es muy fácil que se entregue a los demás porque cuando lo hace lo hace de una manera muy especial y muy sincera y muy para toda la vida; y que es un ciudadano o un provinciano muy inquieto. Dicen de los gallegos; le aseguro que no sé si hay más leoneses que gallegos, pero sí decir que donde menos te lo imaginas aparece un leonés.

-Es que ser leonés es casi como ser gallego...

-Tal cual. A nosotros nos ha pasado a lo largo de los años, que donde vas es raro que no aparezca un leonés. Estés donde estés, estás en Madrid en una emisora o un periódico y de repente alguien te dice: «Yo soy de León». Donde menos te esperas y en el puesto que menos te esperas.

-¿Un leonés de qué equipo de fútbol es?

-(Risas). Hombre, en primer lugar de la Cultural Leonesa y del Deportivo Leonés. Eso sin duda.

-¿Qué ha cambiado en este país desde ‘La Taberna del Buda’?

-Ostras, quiero que sepa que está haciendo una entrevista que poca gente hace, que lo sepa, la gente normalmente se tira al trámite y como decía Julio Iglesias: «He hecho solamente una entrevista pero cinco mil veces». Pues me pasa hoy lo mismo. Mire, depende en qué ámbitos; en líneas generales esto va a mucha velocidad. En cuanto a nuestro mundo, cuando empezamos en el 98, o en el 2001 con La Taberna del Buda, puedo decir que apareció el uso común del mundo virtual, o sea, la gente se encontró con un campo que es el de internet y nadie sabía qué era. De repente aparece un mundo distinto a tu alrededor del que haces uso, y hemos ido todos adaptándonos a él y reconociendo sus virtudes y muchas o pocas veces sus defectos. ¿Del disco de ‘La Taberna del Buda’ a este? Pues no existía ni spotify, ni youtube, ni facebook, ni instagram, ni twitter ni absolutamente nada que tenga que ver. Por supuesto tampoco existía itunes y eso del streaming nadie sabía lo que era. Eran cosas que si te las explicaban cinco años antes, por mucho que te las explicaran, no las ibas a entender. Y ahora mismo forman parte del día a día. Todo el mundo sube su foto a facebook, a instagram o habla con sus amigos a través de las redes sociales. Si nos hubieran contado lo que nos iba a venir encima en nuestra vida cotidiana, nadie lo hubiera imaginado. Eso es lo que me llama la atención que haya cambiado tanto.

-Antes no existían las redes, venía todo en un pack, el disco se vendía en la tienda, el fenómeno fan era muy potente y se llenaban conciertos...

-Antes había tres medios básicos, la radio, la prensa y la televisión y luego la publicidad de calle, la cartelería de calle, no había otros medios. Sí es cierto que nosotros ahora estamos metiendo en los conciertos por lo menos la misma gente que antes y nos está yendo muy bien en ese sentido. La gente sí llega más a los conciertos que antes. Compra menos discos físicos pero nunca ha habido tanto consumo de música como ahora, porque todo el mundo tiene más acceso de manera más rápida y más fácil a la música que antes.

-De manera que la clave está en poner excelencia en lo que haces...

-Como todo. Vas a un supermercado donde hay 40 clases de pasta y al final la que te entre por los ojos, la que te guste... Con la música pasa como con cualquier otro producto de consumo diario, cuenta tanto el envoltorio como el interior. En esto pasa igual: la imagen que des y el interior, que la música que hagas y que enseñes tenga la calidad suficiente como para que la gente se sienta atraída para ir a escucharla.

-No podemos dejar de hablar de ‘La Lola’, no sé si su tema fetiche, estandarte, llamémoslo así...

-Pues sí. Fue el tema que nos lanzó internacionalmente, salimos a Chile, Argentina, México, Centroamérica, a los Estados Unidos; con esta canción tuvimos la suerte de empezar a sonar con nuestro nombre y nuestra música en medio mundo. Es la historia de una mujer extraordinaria, que como contamos en los conciertos, nos cogió un día de la mano y nos llevó a recorrer el mundo entero para contar su historia. Solo tenemos agradecimiento con la boca muy grande.

-Recuerdo cuando salió ‘La Lola’ que mucha gente decía: «Yo soy de León como Café Quijano»...

-Lo entiendo perfectamente, porque a nosotros nos pasaba lo mismo cuando salía uno de León, y qué bonito porque los de León somos muy de León, ‘pa lo bueno y pa lo malo’.

-Había un orgullo...

-Sí. La gente decía: «Si con este he estudiado yo». Nosotros no tenemos más que agradecimiento a nuestros paisanos por cómo nos siguen queriendo y nos siguen tratando. Era un orgullo ver cómo se sentía la gente.

-¿Y para terminar, cómo son ahora sus fans?

-Tenemos un poco de todo, de lo que presumíamos era de tener una abanico amplio, desde la madre con la niña y su abuela, y su madre. Y eso ya desde ‘La Taberna del Buda’. La gente que nos escuchaba con 30 o 40 años llevaban su música en el coche para sus hijos, y ahora ellos van a nuestros conciertos porque sus padres nos escuchaban. Es un público muy ecléctico.