-Empecemos por algo fuerte, ¿qué es la Climatología Aplicada?

-Es un nombre que se le dio a un máster que hicimos en la Universidad de Barcelona, que hicimos, que aprobamos y que pagamos (aclara entre risas).

-Y que no copiaron...

-Que no copiamos (más risas). Lo que intentaba hacernos comprender era cómo los cambios en el clima condicionaban todas nuestras actividades diarias. Esto que ahora se habla mucho, hace 20 años ya empezábamos a estudiarlo y a intentar establecer esas relaciones.

-De manera que la climatología no pretende hacer previsiones inmediatas, sino estudiar las características climáticas a largo plazo...

-Eso es. La meteorología estudia situaciones concretas de la atmósfera en un momento determinado, normalmente a corto plazo, y la climatología repasa los datos medios meteorológicos para establecer un patrón. Digamos que la meteorología es un plano de una película y la climatología es toda la película.

-El clima tiende a ser regular en períodos muy largos, incluso geológicos. ¿Esto está cambiando?

-Las condiciones medias del clima son las que condicionan el desarrollo de la vegetación y, a muchísimo más largo plazo, el de la geología. El problema del cambio climático no es que cambien las condiciones del clima, a las que deberemos adaptarnos porque vivimos dentro de la atmósfera, sino a la velocidad a la que están cambiando. Quizá esa velocidad es lo que nos va a dificultar la adaptación como seres humanos. El planeta probablemente resistirá las nuevas condiciones del clima, a lo mejor nosotros no.

-La atmósfera está en continuo movimiento ¿Pero en base a qué hacemos las predicciones?

-Hay que cambiar de escala espacial y temporal. Podemos tener mucho conocimiento del clima, saber, como de hecho sabemos, que vivimos en un clima mediterráneo, ligeramente continentalizado aquí en nuestra zona, pero con esos conocimientos de temperatura media, de precipitación media, de régimen de vientos predominantes, no podemos hacer una previsión para un determinado punto ni para un momento en el tiempo, hay que cambiar la escala y los parámetros de investigación. Tenemos que centrarnos en parámetros meteorológicos, no climáticos. Es decir, para hacer una previsión meteorológica debemos conocer el entorno, qué temperatura tenemos en superficie, en los niveles de la atmósfera, cómo se mueve el viento... un montón de datos. A partir de ellos, hay unos modelos meteorológicos, es decir, ecuaciones físicas, de movimiento de fluidos, que nos van sacando resultados y horizontes de previsión cada vez más afinados. Ahora se trabaja con modelos que sacan varias soluciones, a 12 horas, a 24, a 36, etcétera. Los que hacemos previsiones para los medios de comunicación, las hacemos para que la gente que nos ve por la tele sepa si mañana tiene que sacar el paraguas o no. El modelo nos puede decir que para el suroeste de la península o para la mitad sur de Extremadura hay posibilidad de tormentas, tú tienes que saber que hay más posibilidades en zonas de montaña que en zonas del llano, con lo cual colocamos el simbolito de tormenta en Tentudía antes que en las Vegas del Guadiana.

-Es uno de los hombres del tiempo de Canal Extremadura Televisión. Decía Paco Montesdeoca que la gente del campo tiene un ojo puesto en el cielo y otro en la pantalla del televisor. ¿Siente una carga de responsabilidad?

-Creo que la responsabilidad tiene que pesar en cualquier trabajo, uno tiene que ser responsable de lo que hace y de ser lo más profesional que pueda. La gente del campo tiene algo, tiene un conocimiento que no te dan los modelos. Vive en un determinado lugar y vive sobre todo de la evolución del tiempo meteorológico y de la evolución del clima, con lo cual saben algunas cosas que se nos pierden en los modelos matemáticos. Saben que cuando las nubes entran de determinado lugar eso significará lluvia, diga lo que diga el modelo meteorológico. Es verdad que en los últimos 15 años, el desarrollo de todo este corpus matemático de la previsión ha sido espectacular y las previsiones pueden hacerse de manera muy local y a muy corto plazo, pero aún así lo que llamamos meteorología popular no se acaba de ver en los modelos, así que diría que hay un intercambio de información, ellos nos miran mucho, pero también miramos lo que nos dice la gente del campo porque nos da para puntualizar nuestra previsión.

-Un gran hombre del tiempo fue Mariano Medina, usaba pizarras y hasta dibujaba las borrascas o los anticiclones. Hemos cambiado...

-Hablaríamos de otro deporte. Hoy, a nivel gráfico e informático, con la capacidad de cálculo de los ordenadores, el avance es brutal. Cuando Mariano Medina salía en televisión era todo más artesano. Cuando empecé a trabajar todavía se dibujaba. Si Mariano Medina viera cómo trabajamos ahora en los medios de comunicación, seguramente alucinaría muchísimo. Igual que alucinaríamos muchos ahora viendo cómo trabajaban antes. Nos parecería imposible que con los pocos medios que tenían hicieran esas previsiones, con su grado de error e incertidumbre, pero tan ajustadas.

-José Antonio Maldonado fue el que introdujo las infografías y Pilar Sanjurjo, la primera mujer del tiempo...

-Afortunadamente ahora hay muchas mujeres del tiempo. Todo ha ido evolucionando. En los 80 vimos un cambio, pero ahora tenemos infografía en 3D, realidad aumentada, platós virtuales...

-Respecto al cambio climático, ¿hace falta formular una visión a largo plazo, una estrategia de país sobre energía y clima, un proyecto para España?

-Sí, pero no solo como país. El clima es algo global y para nosotros los meteorólogos esto de las fronteras queda un poco difuminado. Se ha dejado de hablar de cambio climático y ya se habla de un cambio global, porque el cambio no solo debe ser político sino que supondrá un cambio tanto en la esfera natural como social y económica. Es decir, necesitamos políticas a nivel supracontinental, no nos sirven de nada políticas aquí en favor de la reducción del uso de combustibles fósiles y que en China o en Estados Unidos digan que lo del cambio climático es un invento.

-Se habla ahora mucho de megaolas de calor, de que la Antártida, el congelador de la Tierra, también peligra...

-Bueno, se habla ahora de muchas cosas sin filtrar. Es verdad que este cambio en el patrón del clima proyecta que en sucesivos años tendremos episodios cada vez más extremos. A grandes rasgos, este cambio del clima del que llevamos hablando desde principios de los 90 nos dice que en nuestras latitudes vamos a tener temperaturas más altas y precipitaciones más escasas, aunque en los últimos años se haya corregido esto de las precipitaciones y ya no solo sean más escasas sino mucho más irregulares. Cada vez van a ser más frecuentes las olas de calor y cada vez más intensas. En cuanto a las precipitaciones, vamos a ver que se suceden años muy secos con años muy lluviosos. Es decir, que la irregularidad va aumentando. Las nuevas condiciones del clima las tenemos ya aquí.

-Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo, dice el refrán ¿Los animales predicen el tiempo?

-El refranero español, que es muy amplio, incluye muchos detalles de la meteorología, de lo que han ido recogiendo nuestros antepasados, especialmente aquellos que vivían del campo o del pastoreo y muchos de estos refranes sí pueden explicarse de manera científica. En este del grajo, un poco cogido con pinzas, si entendemos que el aire frío es más denso, lo normal es que desciendan en su altitud de vuelo determinadas especies. También es muy popular que cuando las vacas están tumbadas anuncian lluvia o cuando los gatos están revueltos tienen percepción de tormenta. Si dedicáramos un poquito más de tiempo a observar la naturaleza, que la tenemos escondida, a lo mejor entenderíamos más esas cosas de la meteorología. No solo tenemos que mirar los modelos, tenemos que mirar por la ventana.

-Durante sus primeros años, la Real Sociedad Meteorológica británica centró su trabajo en el estudio de la fenología, que analiza variaciones en el clima gracias a los ciclos vitales de los seres vivos...

-Es otra herramienta más. Todos vivimos dentro de la atmósfera, como si fuéramos pececillos dentro de una pecera, y todo lo que pase dentro de la pecera nos afecta. La fenología es el desarrollo de plantas y el movimiento de animales en la época de migraciones. Si sabemos cuando han ido floreciendo los almendros o los cerezos durante el último milenio, podremos conocer un poquito más el clima pasado y eso nos ayudará a conocer el presente y a pronosticar el futuro.

-El territorio español se destaca por la multiplicidad de accidentes geográficos que marcan su clima. ¿Cuál es la característica de Extremadura?

-A grandes rasgos, cuando hablas del clima de Extremadura, la primera impresión es que hace mucho calor y que es muy seco. Eso es verdad en muchos puntos de Extremadura pero no en toda Extremadura. El norte de Cáceres (La Vera y el Jerte), recoge al año más de 1.500 litros por metro cuadrado, son precipitaciones que podrían corresponder a cualquier estación de clima oceánico, a las que tenemos en el Cantábrico, por ejemplo. Tenemos los Ibores, las Villuercas, donde se recogen entre 800 y 1.000 litros, o más de 800 en la Sierra de Tentudía, con esas precipitaciones no podemos hablar de un clima seco, sobre todo en nuestras latitudes. Pero eso contrasta con la precipitación media de la comarca de La Serena, que debe rondar apenas los 300 litros por metro cuadrado. Hay mucha variabilidad climática en la península en general y eso le da un poquito de más de gracia a nuestro trabajo, porque en un mismo día podemos hablar de lluvia continua durante toda la jornada en La Vera y calor en otro punto de Extremadura y no hay tanta distancia.

-El clima afecta a nuestro estado de ánimo, ¿por qué el calor nos pone de mal humor o por qué algunas personas sufren la depresión de invierno?

-Como todo, las plantas cambian dependiendo de las estaciones. A nosotros nos pasa lo mismo, nuestro cuerpo está influenciado por todo lo que le rodea, por la presión atmosférica, el viento, las temperaturas, la humedad, la cantidad de iones de la atmósfera y todo eso nos afecta. Hablamos en Canal Extremadura una vez con un forense y nos comentaba que están relacionados los crímenes pasionales con las temperaturas. El viento es otra cosa que también afecta mucho. Leí hace tiempo un artículo muy interesante que relacionaba el genio artístico con zonas de especial incidencia de vientos. Dalí era considerado un loco genial y nació y creció en el Ampurdam. También se habla de ese genio artístico de la gente de Cádiz y de la costa sur.

-Dicen que la temperatura de la felicidad es de 25 grados a mediodía y 10 por la noche...

-Estoy convencido de que no solo debemos hablar del dato numérico de las temperaturas porque la temperatura no deja de ser una sensación. Tú a lo mejor soportas los 35 grados y a mí me provocan sofoco. Además cuando tienes décimas de fiebre no percibes igual una temperatura que otra. Creo que deberíamos aplicar la temperatura de confort, que debería estar por los 25, y la mínima por debajo de los 15.

-Hay que preguntarle obligatoriamente por el cambio horario...

-Si mantenemos el horario de verano, en Badajoz en enero no amanecería hasta casi las diez menos cuarto y eso sería muy raro, aunque también es muy raro que a finales de junio son las diez de la noche y todavía es de día. Creo que deberíamos abandonar el horario actual, ajustarnos al uso solar, que es del centro Europa y adaptarnos al que tiene Portugal.

-La meteorología no es ciencia exacta, el hombre del tiempo se equivoca...

-Se equivoca menos de lo que se dice (risas).

-Pero supongo que en la calle se lo habrán dicho alguna vez...

-Bueno, en la calle me han dicho de todo (más risas). Esto de que te equivocas más que hombre del tiempo es muy gracioso, pero no es cierto del todo. Y aunque el movimiento de la atmósfera es un caos y siempre hay incertidumbre, antes la previsión salía una vez al día, ahora cada tres o cuatro horas se actualiza y es difícil que pase.

-¿Cuál es el fenómeno meteorológico que más le ha impresionado?

-Las primeras nevadas que viví en Barcelona y la de Mérida en 2010.

-¿Su clima favorito?

-Puedo decir el que no lo es: el del sudeste asiático. No puedo con la humedad y el bochorno.

-¿Cómo ve la pública extremeña?

-La tele pública, a la que se le ha pegado mucha cera, es necesaria. Cuantos más medios haya, mejor. La tele y la radio son mi trabajo. Es gratificante salir en pantalla, pero no es lo más importante, lo fundamental es lo que está detrás, tomar los datos y luego contarlos. Es una información de servicio público porque a mucha gente en el tiempo le va su economía particular e incluso su seguridad.

-Usted realiza tareas de documentación, investigación y comunicación. Eso es periodismo en esencia. ¿Cómo ve hoy este oficio?

-Los periodistas tienen que tener quizás más libertad creativa. A veces estamos muy centrados en contar lo que hacen los políticos y deberíamos abrir un poco.

-Hable de sus raíces extremeñas...

-Mi madre es de Talavera la Real y es una de tantas que tuvo que emigrar. Allí conoció a mi padre, que es de Salamanca.

-Nacido en Barcelona, ¿qué opina del conflicto catalán?

-Nunca he tenido la sensación de que se rechazara lo de fuera o de que me obligaran a hablar en un idioma. Es verdad que el problema ahora se ha radicalizado de una y otra parte. Estoy muy orgulloso de mis raíces extremeñas, castellano leonesas y catalanas.