Neuilly sur

Seine FRANCIA

(1966)

CEO

de Engle

Isabelle Kocher, directora ejecutiva (CEO) de Engie, la eléctrica no estatal más grande del mundo, ha dado nuevos argumentos a ese viejo dicho que mantiene que las mujeres tienen más posibilidades de dar el gran salto en momentos de turbulencias. La metáfora, cabe decir, seguramente se queda corta para describir el ambiente desesperado y apocalíptico que debió de rodear a su nombramiento en mayo del 2016, tras un ejercicio en el que Engie había registrado pérdidas por valor de miles de millones.

Con su ascenso, esta hija de un director financiero Alcatel y de una periodista y autora de obras sobre la Biblia también se convirtió en la primera CEO del Ibex 35 francés, un old boys club de manual. Divorciada, madre de cinco hijos y con una colección de diplomas en física e ingeniera logrados en las escuelas más prestigiosas de Francia, Kocher llegó al primer puesto de Engie tras ir subiendo en el organigrama de la compañía y, antes, haber asesorado a Lionel Jospin (primer ministro francés del 1997 al 2002) en materia industrial.

Cabe decir, sin embargo, que estos 20 meses al mando de Engie le han valido el apodo de la prensa de la resiliente. «El siglo XXI será el de la energía sin culpa», dice ella en un tono que sus detractores califican de «mesiánico», en alusión a los planes que tiene para dejar atrás el carbón, y apostar por la energía solar y eólica. Sin faroles: en tres años, se propone desinvertir en activos vinculados a los combustibles fósiles, y ya en mayo acordó vender por 3.900 millones de dólares su participación mayoritaria en un negocio de gas y petróleo. Al tiempo, compró una empresa holandesa con 40.000 estaciones de carga para vehículos eléctricos. Adivinarán que la ambiciosa de reestructuración de Kocher -que también se propone garantizar que el 35% de puestos de «alto potencial» los ocupen mujeres- ha provocado recelos entre los sindicatos ante los efectos de la reconversión, y amagos conspiratorios de una facción de directivos, de momento desactivados por los buenos números de la firma.