LA FACILIDAD DE contagio de este problema ocular provoca que, muchas de las dudas e inquietudes de la población al respecto, giren en torno a cómo evitarlo o a cómo reducir su riesgo de transmisión, lo que pasa por unas sencillas medidas de higiene que debe seguir la persona afectada:
1-. Lavarse las manos frecuentemente con agua tibia y jabón o usar limpiadores para manos a base de alcohol.
2-. Evitar tocarse
restregarse o frotarse los ojos.
3-. No usar lentes de contacto. Ante la primera evidencia, hay que limitar su uso.
4-. Limpiar la secreción alrededor del ojo varias veces al día, enjuagándose las manos antes y después de cada limpieza y usando un paño limpio (mejor si es desechable) o una bola de algodón para limpiar el área afectada del ojo.
5-. Lavarse las manos también después de aplicar gotas o pomada para los ojos, y no utilizar el mismo envase de éstas para los ojos infectados que para los sanos, aunque se trate de la misma persona.
6-. Lavar fundas de almohadas, sábanas, paños, toallas y cualquier ropa de hogar. Mejor con agua caliente y detergente; y enjuagarse las manos después de tocar estos artículos.
7-. No compartir toallas,
sábanas, maquillaje para ojos y cara, cepillos cosméticos, lentes de contacto y envases, ni gafas, ni cualquier objeto que haya podido entrar en contacto con el área infectada.
8-. Mantener limpias
las gafas.
9-. No realizar baños
de inmersión.