Es muy posible que, en este preciso momento, las gemelas Lisa y Lena Mantler estén grabando alguno de esos microvideoclips de la aplicación Musical.ly que consisten en sincronizar los labios con la canción elegida a la velocidad de los Looney Tunes y que a ellas les ha supuesto a) erigirse en estrellas de las redes sociales, nicho teenager, cosa que ha hecho que sus padres se hayan apresurado a b) fundar una lucrativa start-up que c) marketiniza ese espíritu de emprendeduría con braquets y onda sé-tú-mismo-y-persigue-tu-sueño que d) andan exprimiendo en patrocinios, una línia de ropa y una tienda on-line de merchandising que expide sudaderas, camisetas, chándals y fundas de móvil, y cuyo tirón se cimenta en e) una atención superlativa que el propio Alex Hoffman, presidente de Musical.ly, ha resumido así: «El día que Beyoncé anunció su embarazo en Instagram sumó seis millones de me gusta; nos impresionó mucho que un vídeo de Lisa y Lena alcanzara los 5,23 millones de likes en una plataforma mucho más pequeña».

Sí, es posible que si usted tiene más de 25 años y no se dedica al márketing digital le cueste entender por qué estas hermanas de Stuttgart son tan, tan, tan famosas, si es que puede utilizarse ese tan, tan, tan cuando dos chavalas de 15 años suman más de 50 millones de seguidores en las redes; cuando son las invitadas estrella en el desfile de Karl Lagerfeld para Fendi; cuando acuden a actos publicitarios y congregan a cientos, miles de adolescentes; cuando aparecen en vídeos de Ed Sheeran y Zendaya, y cuando un canon de la modernidad como la revista Dazed & Confused les dedica un artículo y concluye que el secreto del fenómeno es que son «dopamina personificada» y que «si la felicidad es una droga, se llama Lisa y Lena».

27 millones de seguidores solo en Musical.ly

En solo dos años, las gemelas -que según su biografía oficial fueron adoptadas a los 6 meses y tienen otros dos hermanos y unos padres que, atención, guardan con celo su privacidad- se han hecho con la jefatura suprema de Musical.ly, que fue vendida en noviembre por 1.000 millones de dólares y que cuenta con una audiencia de 200 millones de usuarios, en la que el 70% son chicas y el mayor grueso de edad está por debajo de los 21 años.

En este caladero, la maquinaria Lisa y Lena ha ido sumando desde su primer microclip, en diciembre del 2015, más de 33.000 nuevos followers diarios hasta tener un público que supera los 27 millones solo en esta aplicación musical. Su mensaje a los teenagers -básicamente: no cuestiones demasiado el mundo, porque no hay problema que no se pueda arreglar con pensamiento positivo y unos cuantos millones de seguidores- llega envuelto con canciones pegadizas, una alegría de vivir algo pasteurizada, festivales de muecas y bailes, y una corrección de rigidez alemana. A diferencia de las Kardashian -cuya identidad de marca pasa por meterse en todos los líos que les brinda la vida-, el branding Lisa y Lena es más de Mr Wonderful. «No queremos hablar de política -decían en Dazed & Confused-. Pero a veces, cuando los fans tienen algún problema, decimos que tienen que ser ellos mismos, y que deberían sonreír y ser positivos».

Fans de la también correcta Selena Gómez, han fichado por la agencia de modelos y talentos Next Management, han grabado un single para lanzar su línea de ropa y quieren ser actrices. ¿Y, para su salud emocional, se preguntarán, sus padres no deberían alejarlas del like para que pudieran centrarse en hitos adolescentes como pelearse con la física, morrearse con quien les venga en gana o desobedecer los horarios de vuelta a casa? Pues seguramente, pero, como otras estrellas de medios sociales, para seguir acumulando la atención que luego monetarizan, andan invirtiendo un tiempo incalculable en grabar clips y acudir a programas y encuentros con fans en los que sonríen y reparten abrazos, selfis y te quiero de forma casi industrial. Sí, estas dos hermanas se ajustan bastante a lo que hoy día significa ser famoso.