-La entrevistada de la semana pasada, Lourdes Gómez, periodista especializada en asuntos de misterio, le lanza la siguiente pregunta: ‘¿Es más complicado ser emprendedora siendo mujer que hombre?’

-Por desgracia sí, más que nada porque las mujeres tenemos muchas más responsabilidades, especialmente si tenemos hijos. Y aunque la educación es cosa de ambos, del padre y de la madre, hay muchos aspectos en los que la presencia de la madre es fundamental.

-Acaba de publicar ‘La magia de ser mujer. Yo diosa’, que ha agotado su primera edición y ya va por la segunda. ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?

-Surge de todas esas ideas que tenía en la cabeza pero que nunca era capaz de llevar a cabo por falta de tiempo. Pasé por una situación difícil, me aferré a escribir y así surgió esta maravillosa historia.

-¿Qué tiene de autobiográfica?

-Hay cosas que entran dentro de la ficción, pero evidentemente aparecen reflejos de mi vida y en ellos me baso: la fuerza, las ganas, la lucha y el emprendimiento forman parte de mi carácter y eso se refleja en el libro.

-La obra parte de una escena en la que Emma, su protagonista, descubre a su marido con otra en la cama. ¿Puede definir la infidelidad?

-En este caso, la infidelidad supuso para la protagonista abrirse una nueva etapa y conocer su mejor versión. Si esto no le hubiera pasado, probablemente seguiría creyéndose la típica princesa de cuento que nos contaban de pequeñas, porque Walt Disney ha hecho mucho daño en ese sentido.

-¿Cree que la infidelidad se puede justificar?

-Nunca.

-¿Qué hubiera pasado si Emma en lugar de encontrar a su marido con una mujer lo hubiera encontrado con un hombre?

-Hubiera dado lo mismo. Él le causó a ella un gran daño, y hubiera sido exactamente el mismo si se hubiera acostado con un hombre que con una mujer; la infidelidad no es cuestión de género, es cuestión de ética. Fuera de eso, creo que lo importante es que esa infidelidad saca lo mejor de la protagonista, su don de convertirse en diosa para sí misma.

-¿La sociedad educa a las mujeres para vivir de un hombre?

-Hemos mejorado en muchas cosas pero hay que seguir avanzando en igualdad.

-La novela comienza en un pueblo, donde la protagonista es ayudante de una peluquera. De allí se va a Madrid para montar un gran centro de belleza. ¿Hay que salir de los pueblos para triunfar?

-Es un enganche de la trama, pero personalmente pienso que si tienes una idea también puedes triunfar en un pueblo. Hay que poner en valor los núcleos poblacionales pequeños.

-También es este libro un alegato de la amistad...

-Es una base muy importante, es otra clase de amor, pero una clase de amor que dura para siempre. Las parejas se pueden romper, pero una amistad verdadera la tienes desde pequeño hasta el final de tus días. La amistad es la clase de amor más verdadero.

-Habla la novela de la necesidad de convertirte en tu mejor fan... Es decir, es una historia que pone en valor la autoestima...

-Sí, sobre todo eso. Hay muchas mujeres que lo necesitan. La sociedad que nos rodea está llena de estereotipos. Si eres mujer tienes que estar guapa, tienes que ser la mejor mujer, la mejor madre, la mejor trabajadora. Pero la pregunta es: «¿De verdad nos sentimos así las mujeres?» La respuesta es: «No. A veces tenemos que estar tan perfectas que nos olvidamos de nosotras mismas». Por eso lo más importante es quererte, si tú te quieres, los demás te van a querer.

-Añade un género, el del erotismo, del que suele escribirse poco. ¿Hay muchos tabús?

-Demasiados. No obstante, la mujer poco a poco se va abriendo en ese campo, y es algo bueno porque el erotismo es la realidad y, sobre todo, es algo normal.

-Es una historia de superación. ¿Se ha tenido que superar a sí misma?

-Cada día me supero a mí misma. Con 22 años me subí al carro del emprendimiento sin saber nada de ello. Voy a hacer 30, todavía sigo y cada día para mí es un reto para aprender y para ayudar a los demás. Hay muchas mujeres que se quedan embarazadas, que se meten en una casa a trabajar, dejan muchas cosas de lado y creen que no pueden conseguir sus metas. Estoy convencida de que todas podemos. Si yo he podido, todas las demás pueden.

-Relate esa historia de superación...

-Nací en Cáceres, en Aldea Moret, un barrio muy humilde, y en el seno de una familia de tres hermanos. Tuve una infancia feliz. Mi padre ha tenido toda la vida una cristalería y mi madre empezó trabajando como costurera y luego como cocinera. Llevo desde los 17 años trabajando. Estudié Administrativo, empecé trabajando en Peugeot y luego me contrataron en una gestoría. Con el estallido de la crisis perdí el empleo y así fue como me animé a estudiar esteticien, que siempre me había gustado mucho. Cuando terminé estuve trabajando y a los dos años monté mi propia empresa, Capricho de dioses, un salón de belleza en la calle Colón.

-Las mujeres de hoy trabajan, llevan la casa, los hijos, los maridos. ¿Se han olvidado de ser ellas mismas?

-De eso trata este libro, de que las mujeres saquen una horita para conseguir estar cómodas con ellas mismas y dejar a un lado la frustración.

-El pasado jueves, 22 de febrero, se celebró el Día Internacional de la Igualdad Salarial. Ni los jueces ni los inspectores detectan la brecha salarial. Las españolas ganan un 15% menos a la hora. Y en casa trabajan cada día dos horas más. ¿Es su libro una reivindicación sobre ello?

-Por supuesto. Ojalá la igualdad tarde menos en llegar de lo que pensamos. Es una injusticia a la que los gobiernos deben hacer frente porque las mujeres no solo trabajan fuera, también lo hacen, y mucho, dentro de casa.

-¿Qué es mejor, estar soltera, separada o casada?

-Hay etapas para todo. Estando soltera te dedicas más tiempo a ti, te cuidas, ves la vida diferente, miras otros puntos de vista, aprendes todo el rato. Cuando estás casada convives con una persona y hay que adaptarse el uno al otro. Y cuando estás separada vives las dos etapas, la de soltera y la de casada, y como has vivido tanto, te desmelenas (risas).

-El libro es además de todo esto, un ‘Pretty Woman’, pero al revés: la protagonista queda embelesada por un chico que da masajes...

-Lola, la sexóloga del libro, lleva a Emma a este lugar en el que la protagonista descubre una parte de sí misma que desconocía. No sabía que en ella existía la diosa Afrodita, porque es la típica chica que nunca ha salido de su pueblo, solo ha tenido un novio, de modo que tiene muchos tabús. Cuando Lola la motiva, Emma lo flipa (más risas). Contacta con el chico y descubre los mimos, cuidados y cariños que un hombre al que no conoce le hace sentir, cosas que su novio de toda la vida no le ha dado. Es para ella algo nuevo y quiere descubrir cada día más y más, como cualquier mujer.

-Es necesario, dice usted en el libro, convertir nuestras debilidades en fortalezas...

-A veces exageramos las cosas malas que nos ocurren. Si exageráramos las cosas buenas, le daríamos menos importancia a lo negativo.

-También es toda una disertación del amor y sus consecuencias ¿Cree que merece la pena estar con alguien que te hace daño?

-No. Te estás haciendo daño a ti mismo por no quererte.

-¿Pero qué es el amor?

-Algo que dos sientan por igual. Que te mimen, que te cuiden y que tú hagas lo mismo. Pero sobre todas las cosas, el amor es que te valoren.

-La protagonista se enfrenta, además, a la pérdida de su bebé...

-Así es. Ella deseaba mucho aquel hijo, pero luego comprendió que ese hombre no merecía ser el padre del niño. Un bebé hay que tenerlo con alguien por el que sientas amor de verdad, porque tarde o temprano quienes sufren son los niños y se perjudica a la estabilidad de los menores.

-¿Es este un libro que solo entienden las mujeres?

-Creo que también lo entienden los hombres. Muchos lo han leído y les ha gustado.

-O sea, que los hombres tampoco son tan malos como los pintan...

-Para nada son malos. Creo que tenemos formas diferentes de ver la vida. Las mujeres somos muy complicadas y los hombres son muy simples.

-¿Es verdad eso de que la felicidad está en tu interior?

-Y en el poder de la mente. La vida te irá como la piensas. Si eres negativa te irá mal. Es verdad que de un modo u otro habrá malas rachas, pero sonriendo se tira mejor hacia delante.

-Anima en su libro a las mujeres a ser libres. ¿Qué es ser libre?

-Para mí ser libre es ser independiente, que ningún hombre te diga ‘no hagas esto’ o ‘no hagas lo otro’, sino que lo que tú quieras hacer lo hagas. Puedes querer a una persona mucho, pero a los dos días te deja, y entonces te quedas sin tus metas, sin tus estudios, sin tu trabajo... por una persona que solo mira por sí misma. Hay hombres, y no quiero generalizar, que son egoístas y por eso las mujeres a veces también debemos serlo.

-¿Cómo enseñarles a las nuevas generaciones de chicas que hay que afrontar los sueños pero sin tantos cuentos de hadas?

-La educación es fundamental. Si en casa hay niños y niñas a los dos hay que educarlos por igual. No porque sea niña tiene que hacer la cama y porque sea niño la tiene que hacer la madre; no. Desde pequeños hay que educar en igualdad. Por otro lado, la mujer no ha venido al mundo para cuidar de los hijos y limpiar la casa; si quieres estudiar, estudia si quieres trabajar, trabaja. Lo que tú quieras, pero de verdad, no lo que te impongan. La escuela también es muy importante y hay que velar por los menores. Se ha producido un retroceso, especialmente en violencia de género, y mucha culpa de eso la tiene el uso que se hace de las redes sociales. Niños o niñas de 10 años no pueden tener whatsapp o facebook o instagram ni posar como si fueran modelos. En las redes se ha alimentado la violencia y la desigualdad. Y no solo eso, sino que estamos creando una sociedad en la que cuanto más sexy sea un hombre o una mujer en una red social y más ‘me gusta’, ‘me encanta’ y más corazoncitos tenga, más influyente será. Eso es negativo para muchos jóvenes que aún no tienen bien formada su personalidad. Es algo irreal, ficticio.

-Dice el libro que el karma existe...

-Todo lo que hagas mal, antes o después la vida te lo devuelve. Y de hecho hay muchas situaciones en la vida en las que piensas: «Esto me pasa por haber hecho esta o aquella cosa, o fíjate, mira ahora como todo lo que me ha hecho lo está pagando». Tarda mucho en llegar, pero llega.

-¿Este libro es una terapia?

-Muchos lectores me han confesado que les ha servido como terapia. Hablo de gente que atraviesa una situación delicada y que lo ha leído y les levanta el optimismo. La vida son dos días y nos la complicamos mucho.

-Dice igualmente que no nos decepcionan los demás, que la culpa está en nosotros mismos...

-Eso pasa por las perspectivas que creamos de una persona. Siempre digo que la película es la que se inventa nuestra mente. Piensas que la persona que tienes al lado va a cumplir las expectativas que tú te mereces. Eres tú quien te decepcionas por creer que va a salir bien. Por eso hay que conocer a la persona, no creer que te va a dar más de lo que te puede o te quiere dar. No hay que luchar porque tú creas que te lo mereces, porque no te lo va a dar nunca, nunca va a cambiar, porque él o ella es así. La solución es marcharte, buscar a la persona que te valore y que te dé lo que te mereces.

-Esta novela es también un retrato psicológico sobre el sexo...

-Algo de eso hay. Pero mi pensamiento en este sentido siempre es el mismo: tienes que sentir para poder estar con alguien.

-Este libro se lo dedica a Javier, su hijo...

-Es el niño de mis sueños y mis ojos. Tiene 3 años, es superbonito. Gracias a él he escrito este libro. Es duro ser madre, pero es tan hermoso que mi hijo se sienta orgulloso de mí...

-También se lo dedica a su madre...

-Mi madre es la primera guerrera que tuve en mi vida. Quiero ser como ella, porque es luchadora, nunca se rinde, nos cuida a todos. Tiene tres hijos y cuatro nietos y nos ha sacado a todos adelante. Siempre está con la sonrisa, cualquier cosa que haya que arreglar la arregla, nunca dice ‘no’, nunca está cansada. Siempre tiene ánimos para todos. Es la mujer más luchadora que he conocido en mi vida; esa es mi madre.