Un ejercicio periodístico de ética nos lleva a hacer esta entrevista alejando el foco de la polémica y eludiendo la pregunta que todos los medios de comunicación de este país le han hecho alguna vez. Desde el punto de vista creativo no es relevante quién es el padre de Willy Bárcenas. Su grupo, Taburete, comenzó en 2015. Un año después llenó por dos veces consecutivas La Riviera y en 2017, el Palacio de los Deportes de Madrid. Con su nuevo álbum, ‘Madame Ayahuasca’, colgaron el cartel de ‘no hay billetes’ el martes en su concierto en el castillo de Trujillo. Y es que detrás de Willy hay talento y, por supuesto, nada menos banal que un apellido.

-¿Cómo se unió Taburete?

-La verdad es que fue bastante curioso. Primero volví a España desde Chile donde estuve viviendo un tiempo y a mi regreso compuse una serie de canciones. Al primero que conozco en un colegio mayor de Barcelona es a ‘Joako’, que ya no está en el grupo, lo acabó dejando un año y medio después. Luego me presenta a Antón Carreño por un concierto benéfico que íbamos a dar en Madrid. Ellos se conocían y Antón quería tocar con nosotros. Luego conocí al otro guitarrista, a Wilson, porque los dos éramos monitores de campamentos de colegios. Después entró mi primo, Antonio de la Fuente, con el que ya había tenido un grupo con 18 años. Al batería lo conocí en una despedida de soltero. Posteriormente se integró Patxi, que era trompetista; y así se fueron uniendo los demás; todo bastante espontáneo.

-¿Por qué eligieron el nombre de Taburete?

-Surge porque había que tener un nombre, se nos ocurrió, nos gustaba cómo sonaba y cómo se le quedaba a la gente en la cabeza. Me imagino que la mayoría de los grupos, cuando nacen, no le dedican demasiado tiempo al nombre. No tiene una explicación muy profunda.

-En el año 2017 llenaron el WiZink Center y solo se publicó una única crónica en un medio de comunicación haciendo referencia a cómo llevaban sus fans el jersey. ¿No le parece un poco triste?

-La verdad es que sí es un poco triste. Nosotros, con el tiempo, nos hemos ido ganando un poco más el respeto y, al final, la gente empieza a valorar las cosas que hemos conseguido. En muchos momentos como ese en particular, que era un hito que un grupo independiente llenara el Palacio de los Deportes de Madrid, que todo fuese ver cómo iban vestidos los unos o los otros era un poco falta de respeto. Hemos tenido muchas de esas y al final nos hemos acostumbrado.

-Eso le ocurrió a otros grupos en este país, Hombres G, sin ir más lejos...

-No lo sé. Esa época no la viví.

-Quiero decir con ello que a lo largo de la historia de la música española se ha catalogado a muchos grupos en función de su estética o la de sus seguidores...

-Sí. He hecho algunas giras con Hombres G y en las entrevistas les siguen preguntando por lo del grupo pijo, cuando están llenando en Los Ángeles, en toda Latinoamérica los reciben como si fueran los Rolling, pero aquí seguimos hablando de los pijos. No tendría mucha gracia ser pijo si hay tantos.

-Su grupo tiene acentos latinos. ¿Cómo definen su forma de hacer música, su sonido?

-Es pop melódico, pop de toda la vida, de siempre, pero con muchísimas influencias tanto de la música mejicana como del folclore español. En este nuevo disco incluso hemos hecho una cumbia. Al final, un montón de influjos. Pero en realidad no sabría muy bien cómo definirnos porque creo que Taburete ya empieza a tener un sonido Taburete.

-Donde van cuelgan el cartel de ‘No hay billetes’. ¿A qué cree que deben la razón de su éxito?

-Pienso que el 90% a las canciones. Nuestros temas han conectado con la gente y eso es lo que nos ha hecho crecer. Al principio fueron muy importantes para nosotros el boca a boca, las redes sociales... Considero que el público nos ve muy accesibles, como a ocho chavales que somos amigos, que nos llevamos bien, que disfrutamos en el escenario. Y creo que contagiamos esa alegría a quienes nos están viendo.

-Parece que lo que ahora está bien visto es hablar en las canciones de problemas profundos que afectan a la sociedad de nuestro tiempo: la crisis, los emigrantes, el feminismo... Eso es muy loable, ¿pero no piensa que otra de las funciones de la música puede ser exclusivamente la de entretener, divertir y evadir?

-Claro. Cada uno elige la música que quiere hacer, cada uno elige sobre lo que quiere escribir. Respeto mucho la canción protesta, que haya grupos que hagan ese tipo de canción. Pero ese no es nuestro caso. Simplemente tiene que haber cosas para todos, y se pueden mezclar, te puede gustar una cosa y la otra también. Ambas no son excluyentes, ni mucho menos.

-Hacen una música desenfadada. Quizá en España después de Estopa, El canto del Loco o Pereza había un vacío que ustedes han venido a ocupar...

-Nosotros y más grupos. Quizá en esta época, ese sonido indie era lo que más se escuchaba por todos lados y lo que más de moda estaba; y se echaba en falta, más de menos, a grupos influenciados por ese pop de principios de los 90. A pesar de que crezca tanto el reguetón, el urbano y todos esos estilos, el público sigue queriendo oír guitarras.

-El pasado martes ofrecieron en Trujillo un concierto muy potente ante 3.000 personas, en un marco mágico como es el castillo de la ciudad cacereña... Ciertamente, han dejado buen sabor de boca...

-Es la primera vez que hemos estado en Extremadura y ha sido muy importante para nosotros. El público disfrutó de este nuevo show, ‘Madame Ayahuasca Tour’, en el que hacemos un repaso a los tres discos de Taburete prácticamente al completo y con una escenografía sobre la que hemos estado bastante tiempo trabajando. El concierto está estructurado en capítulos que se van narrando con una voz en off que nos guía en las canciones. La gente que nunca nos había visto se quedó sorprendida, les gustó mucho, y a quienes ya nos había visto les sorprendió también algunos de esos cambios.

-En este último disco muestran un trabajo renovado, con nuevos arreglos que resultan musicalmente muy interesantes...

-Es el disco al que más tiempo le hemos dedicado de los tres. Queríamos que sonara mucho más grande, a diferencia de los dos primeros, que eran mucho más maqueteros y más acústicos. La verdad es que en ese sentido es el disco más completo de Taburete. Pero a pesar de todos esos arreglos no hemos perdido nuestra esencia. Eso sí, está más trabajado.

-Y canciones más melancólicas, en algún caso...

-Sí. Sin ser excesivamente cursis (risas), pero sí que deja algo más de lado o toca menos el tema de la amistad, el salir de fiesta todo el día, la diversión... Tiene algo más. Los dos primeros discos se centraban mucho en eso, en la ‘joda’, en la fiesta...

-¿Quizás ahora las canciones son más universales y pueden llegar a más gente?

-No lo sé. Al final las canciones son canciones, luego los arreglos que hagas o dónde te la lleves, es un complemento. Y en ese sentido nuestros tres discos son universales.

-¿En qué se inspiran para componer; sus canciones son autobiográficas?

-Sí. Al final te pasa algo en el día o en el mes o en la época en la que estés y según lo que estés viviendo escribes sobre lo que te pasa y, en nuestro caso, además, con muchas metáforas. Son letras bastante peculiares que a veces la gente no las entiende, y con razón. De modo que sí, como usted dice, son un tanto autobiográficas.

-¿Les da vértigo llenar en tantos conciertos, tener tanto éxito?

-No da vértigo, la verdad. Lo que da vértigo es si empieza a bajar. Por eso hay que disfrutar del momento, disfrutar de cada concierto que podemos hacer; y si el día de mañana bajamos, pues bajaremos, y si seguimos subiendo lo seguiremos disfrutando muchísimo. Pero, vamos, nos dedicamos a lo que nos gusta y eso ya es un éxito.

-¿Y para que ese éxito no sea efímero, cómo hay que trabajar?

-Haciendo canciones. Al final el trabajo es la clave. Hay que trabajar, hay que ensayar, por supuesto, pero si ensayamos sin canciones pues no hay nada que hacer. Entonces lo que necesitamos es seguir relajados, seguir haciendo canciones y con eso conseguiremos que Taburete continúe.

-Tienen una canción titulada ‘Mi vida loca’. En ella hablan de la alergia y la fobia a la ciudad. Es un tema muy bonito. ¿Qué opina del cambio climático?

-Todo el mundo nos habla del cambio climático, nos avisan, nos advierten de que va a ir todo fatal, pero como no pasa en el momento, a la gente no le entra miedo y nadie hace nada y todos colaboramos un poco a destruir el planeta; lo maltratamos mucho. Se necesita un cambio de concepto que nos haga ver la Tierra de otra manera como la vemos ahora mismo.

-Compusieron ‘Desde Rusia con amor’, un himno para apoyar a la Selección Española en el Mundial de Rusia. ¿Cómo fue esa experiencia?

-Fue muy positiva. El grupo anterior a Taburete se llamaba Los Jardineros, y hacíamos muchas canciones de fútbol, de futbolistas, y la verdad es que este tipo de canciones me sale hacerlas de forma fácil. Nos gustó mucho la experiencia, pero el tema es que fue tan mal el Mundial que la canción ha tenido muy poco recorrido. Creo que la hemos tocado solo dos o tres veces en directo (carcajadas) porque no nos trae muy buenos recuerdos desde el punto de vista deportivo.

-¿A qué se atribuye el título de su último disco, ‘Madame Ayahuasca’?

-La ayahuasca es la ayahuasca y que cada uno indague en su casa. Tampoco perseguíamos con esto una polémica. Al final nosotros hacemos muchas canciones con nombres de personajes, con nuestro propio universo. Quiero que los fans, sobre todo los más jóvenes, vean ‘Madame Ayahuasca’ como lo que es: un personaje más de Taburete. Tuvimos con la ayahuasca una experiencia que nos marcó bastante y quisimos ponerle ese nombre al disco; a partir de ahí que cada uno indague e investigue.

-Algunas de sus canciones hablan de intentar no mitificar a los ídolos, de no pensar en lo vivido. ¿Cree que es importante disfrutar el presente, que es lo único certero?

-Bueno, es que es verdad, es lo que hay: el presente. El pasado ya está y del futuro no tenemos ni idea. De manera que lo que tenemos que hacer es vivir el presente y aprovecharlo. Y eso es lo que hacemos nosotros con el grupo; por eso no pienso si subiremos, si bajaremos... El momento de ahora es muy bueno y lo que tenemos que hacer es disfrutarlo.

-¿Qué le deben ‘A casa de Dron’?

-Pues ‘A casa de Dron’ le debemos muchísimo. Al final fue la canción que nos hizo famosos, así masivamente. Y sigue sonando, sigue siendo de las canciones que más se escuchan de Taburete, uno de los momentos más épicos de los conciertos.

-La suya es igualmente una banda versátil, muy rica desde el punto de vista instrumental...

-Cada uno venimos de un estilo de música y eso es muy rico, y a la hora de ver dónde llevamos las canciones está muy bien porque hay muchísimas influencias. Creo que con el tiempo, además, hemos logrado hacer un directo muy potente. Llevamos tres años y medio sin parar de girar y cada miembro que se añade al grupo es muy bueno. Ahora sonamos realmente a una buena banda.

-¿Es esta su gira más ambiciosa?

-Esta es nuestra gira más ambiciosa, sin duda, por el tamaño de los recintos a los que estamos yendo, porque al final era un riesgo y eso de pasar de salas de 1.500 personas a recintos de 3.000 o 4.000 se podía notar. Por eso es ambiciosa. Todo lo que rodea al concierto, los visuales a los que me refería antes, pues también eran una apuesta, un riesgo que estamos viendo que ha merecido la pena.

-Le he escuchado decir alguna vez que hay un pijismo musical cultureta de gente que difunde que algo no le gusta cuando en realidad le gusta tanto pero ni siquiera es capaz de admitirlo...

-Eso existe. E incluso todos lo hemos sentido en algún momento. Yo, por ejemplo, de pequeño tuve un tiempo en el que me daba pereza decir que me gustaba lo que le gustaba a todo el mundo. O el basarte en prejuicios y estereotipos de juzgar a un grupo antes de escucharlo. Eso ocurre con todo, con el cine, con la música, con los libros, y bueno, ahí está y tampoco se puede cambiar a las personas; que cada uno sea como quiera ser.

-Llega la hora de terminar esta entrevista y lo haremos con algo muy divertido, que es esa frase que dice que «el modo privado de Spotify se inventó para escuchar a Taburete»...

-Es gracioso, sí. Es un twit que leí una vez y la verdad es que me hizo gracia. Creo que sí hay gente que escucha a Taburete con la sesión privada puesta (carcajadas).