La listeriosis es una infección debida a la bacteria Listeria monocytogenes. Una zoonosis (cualquier enfermedad que se transmite de forma natural de los animales, en su mayoría vertebrados, al ser humano) poco frecuente en humanos pero extremadamente grave.

Listeria es un género bacteriano que, hasta 1992, contenía diez especies conocidas y en 2019 ya contaba con veinte especies identificadas. Se le asignó su nombre en honor a Joseph Lister. Las especies de Listeria son bacilos gram-positivos, en forma de varilla. Son anaeróbicos facultativos y no producen endósporas. Los tipos conocidos más importantes son:

L. monocytogenes

Es la especie típica y es el patógeno causante de la listeriosis.

L. ivanovii

Un patógeno de rumiantes que puede infectar a los ratones en el laboratorio, aunque es muy raro que produzca enfermedades en humanos.

LAS CONSECUENCIAS

En la mayoría de los procesos estas bacterias originan una enfermedad gastrointestinal. En algunos casos se puede producir una septicemia (infección en la sangre) o una meningitis bacteriana (inflamación de las membranas que cubren el cerebro). Estas bacterias pueden producir la enfermedad en muchos animales y conducir a un aborto espontáneo o partos de mortinatos en animales domésticos.

En adultos la enfermedad puede tomar distintas formas, dependiendo del órgano o sistema de órganos afectados, como endocarditis, neumonía o septicemia. En una forma más leve puede provocar gastroenteritis, erupción cutánea y absceso (acumulación de pus, que en la mayoría de los casos puede causar hinchazón y/o inflación a su alrededor). Las personas que están en mayor riesgo son:

. Personas mayores.

. Adultos con un sistema inmunitario debilitado (pacientes oncológicos, VIH positivo, etc.)

. Fetos en desarrollo.

. Recién nacidos.

. Mujeres embarazadas.

CÓMO PREVENIRLO

Los expertos recomiendan medidas simples como lavarse bien las manos después de haber tenido contacto con animales y cocinar bien los alimentos hasta que hiervan o a una temperatura superior a 70SDgrC.

Las personas de alto riesgo (ancianos, gestantes y pacientes inmunodeprimidos) deben evitar el consumo de quesos blandos y de alimentos refrigerados -como pescados o mariscos, leche cruda o verduras congeladas sin cocción- a menos que estos se calienten a una temperatura de 70SDgrC o que se hiervan.

En la industria alimentaria se toman medidas para asegurar la ausencia de este patógeno. Lo habitual es aplicar sistemas de gestión de la seguridad alimentaria a lo largo de toda la cadena. Esto incluye, entre otras cosas, prácticas correctas de higiene y manipulación, control de procesos (por ejemplo, la temperatura de refrigeración o de calentamiento) y análisis microbiológicos, que son especialmente importantes en alimentos que no sufren tratamientos por calor, como las ensaladas listas para consumo.

Como consumidores podemos prevenir la contaminación por listeriosis (y el resto de enfermedaalimentarias) siguiendo cinco sencillas pautas:

1.Lavar manos, utensilios, superficies, alimentos que se van a consumir crudos, como frutas y verduras, etc.

2.Separar los alimentos ‘sucios’ de los que ya están limpios y listos para el consumo (y lo mismo para utensilios que se utilicen en la cocina, tablas de corte, superficies, etc.).

3.Calentar. L. monocytogenes no resiste más de 45° centígrados así que cocinar los alimentos hasta que alcancen una temperatura de unos 70° C es la medida más eficaz para asegurar la eliminación de este patógeno.

4.Refrigerar. Listeria es capaz de desarrollarse a temperaturas de refrigeración, aunque lo hace mucho mejor a temperaturas de entre 30° y 37SDgrC, así que, si refrigeramos los alimentos, dificultaremos su crecimiento.

5.Respetar la fecha de caducidad, que figura en los alimentos que puedan implicar un riesgo inminente una vez vencida dicha fecha, como ensaladas envasadas listas para consumir

Las personas que pertenecen a grupos de riesgo deben extremar las precauciones, tomando medidas más drásticas en caso de ser conveniente. Por ejemplo, si las verduras se van a consumir en crudo (como es el caso de una lechuga o cualquier tipo de ensalada) es conveniente lavar y desinfectar con agua y lejía apta para uso alimentario (siguiendo las indicaciones del fabricante).

Las mujeres embarazadas deben evitar el consumo de alimentos crudos de origen animal o que se consumen sin ser cocinados previamente, como sushi, ceviche, tartar, carpaccio, jamón cocido, etc. En este grupo también se incluyen los embutidos.

Durante el embarazo se suele centrar la atención en la toxoplasmosis, una enfermedad causada por un parásito que se puede eliminar congelando los alimentos, pero esta medida no es eficaz contra Listeria monocytogenes, así que lo recomendable es evitar el consumo de estos productos durante esa etapa de la vida.