Para meterse en la piel de Gerry Conlon, el hombre encarcelado en 1974 por un atentado del IRA que no cometió, Daniel Day-Lewis pasó varios días y noches en una celda sin agua ni comida, y se hizo interrogar por verdaderos oficiales de la Rama Especial. Dijo el actor en ‘The Guardian’: «Si un hombre inocente firma una confesión, algo que arruina su vida, es tu responsabilidad como actor tratar de averiguar por qué lo haría».