Nada por aquí nada por allá. Y de pronto... aparece Emilio, un pacense de 30 años profesor superior de música con alma de mago. Desde los 15 años ha estudiado libros de magia y ha asistido a congresos para perfeccionarse y actualizar los trucos con los que sorprende al público en sus actuaciones. Compagina sus clases de música en el IES de Santa Marta de Los Barros con sus espectáculos en la televisión (ahora en Canal Extremadura con Agustín Bravo), parques de ocio y fiestas, y no le falta tiempo para proponer a El Periódico el reto de adivinar los titulares de un día determinado.

--¿Cuál es su estilo actuando?

--La magia cómica. Hago una magia variada de salón, con pañuelos, mentalismo, cuerdas o guillotina, y magia infantil. Además, en lugares tranquilos como pubs, hago trucos de cartomagia.

--¿Existe el mentalismo?

--Os propongo el reto de adivinar dentro de unas semanas los titulares de vuestro periódico en un sobre lacrado ante el público y lo vemos.

--¿Cuál es la magia de la magia?

--Que la gente crea realmente que la magia existe.

--¿Cómo engaña a la gente?

--No engaño a la gente, sino que les ilusiono. Cuando al terminar un truco me preguntan que cómo lo he hecho, yo les respondo que, si se lo digo, pierden la ilusión. Y por eso ilusiono más al que se deja ilusionar y no tanto al que va con la idea de pillarme el truco.

--¿Alguna vez ha fallado en una actuación?

--Sí, en una ocasión hice un juego con una chica a la que ataba con unas cuerdas grandes. Yo le decía al público que el espíritu de Houdini se manifestaría y la chica se separaría de las cuerdas. Pero lo estábamos pasando tan bien que se me olvidó hacer el truco del juego, y en lugar de desatarse, cada vez que yo tiraba de las cuerdas la chica se ataba más. Pero al final la gente me aplaudió porque se pensaba que el juego era de broma.

--¿Cuál es su truco preferido?

--El del pañuelo que cambia de color, porque me sirve de presentación para meterme al público en el bolsillo.

--¿Es difícil triunfar?

--Es complicado, pero te puedes buscar un hueco a base de estudiar y echarle muchas horas.