Un modesto almacén visitable en la desamortizada Iglesia de Santa Clara de Mérida fue el origen del Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) que, 175 años después, recibe a unos 200.000 visitantes anuales en el imponente edificio diseñado por el arquitecto Rafael Moneo.

La pequeña colección de Santa Clara, convertida en museo por una Real Orden de 1838, tuvo sus precedentes en el siglo anterior, cuando el Ayuntamiento reunió algunas piezas a la entrada del puente romano y de la Alcazaba, y en el "Jardín de Antigüedades" que montaron unos eruditos de la época en lo que hoy es el Parador Nacional de Turismo.

El primer inventario del museo, realizado en 1910, registró 557 piezas, que se dispararon hasta las 3.000 en 1936 tras las excavaciones acometidas en el conjunto monumental de la antigua Augusta Emérita, hoy Patrimonio de la Humanidad.

En una entrevista con Efe, el director del MNAR, José María Álvarez, ha considerado hoy que esas excavaciones fueron uno de hitos más importantes para este museo, uno de los más antiguos de España, ya que se recuperaron las piezas más destacadas que ahora se exponen y comenzaron a desvelarse los "secretos" de los monumentos.

Álvarez ha destacado el papel que jugaron entonces el catedrático de Arqueología de Madrid, José Ramón Mélida, y el erudito local Maximiliano Macías.

El siguiente hito fue encargar a Moneo el diseño del nuevo edificio, que fue inaugurado en 1986 por los Reyes de España y con la presencia del presidente de la República Italiana, Francesco Cossiga.

Álvarez ha invitado hoy a visitar el MNAR, también por contemplar su magnífico edificio, un "espléndido continente", con flexibilidad espacio, la posibilidad de contemplar las piezas desde diversas alturas y la "conquista de la luz".

El año 2011 una exposición fotográfica acercó al público a la espectacular construcción del edificio, sobre todo el levantamiento de las gigantescas cimbras de madera de la cripta y, una vez acabado, la colocación de una columna estucada de varios pisos de altura procedente del Templo de Diana.

Según el comisario de aquella muestra, Rafael Sabio, la colocación de algunas piezas fue de "orden arquitectónico, un esfuerzo casi tan ímprobo como el levantamiento del edificio".

El director del museo ha indicado hoy que las "piezas parlantes" permiten conocer la vida privada, religiosa y política de la época y el proceso de romanización de España.

De ellas, Álvarez "salvaría" en caso de catástrofe el busto del emperador Augusto, del siglo I d C., aunque, según los estudios, los visitantes prefieren los mosaicos por su colorido, extensión, temática y la ideología que rezuman.

El director del museo ha valorado, además, la aportación de la escuela de retratistas de Mérida al arte universal.

El futuro del MNAR, el tercero estatal más visitado en 2012, está en manos de la crisis, ya que la ampliación a un solar anexo y la construcción de otro edificio en un terreno cercano para albergar la colección visigoda está parada.

Los proyectos están hechos y hay "voluntad" por parte del Ministerio de Cultura, según Álvarez, por lo que ha confiado en que sea una realidad en el menor tiempo posible.

El museo, que exhibe sólo un diez por ciento de su amplia colección, sorprende por la amplitud del espacio y por sus mosaicos, según han comentado hoy a Efe el matrimonio formado por Joe Murtock y Vivian González.

Este tejano y esta puertorriqueña, que han hecho una parada en Mérida camino de Santiago de Compostela por la antigua Vía de la Plata, creen que es un "ejemplo perfecto" de la antigua Roma.

El XVIII Congreso de Arqueología Clásica, al que acudirán en mayo especialistas de todo el mundo, será la programación central para conmemorar el 175 aniversario del museo, que esta tarde acogerá también un acto institucional con el presidente extremeño, José Antonio Monago.