En el Centro de Transeúntes Padre Cristóbal sí se nota la crisis. Mientras los donativos son cada vez más escasos, el número de personas que acude en busca de asilo, un plato de comida, un bocadillo o ropa no deja de aumentar. Así lo explica la coordinadora de la casa, Matilde Matas, que también señala que las estancias de las personas en régimen de acogida cada vez se alargan más. Hasta noviembre, el centro había repartido 1.381 bocadillos, un 21% más que en la misma fecha del 2010, cuando se habían entregado 1.141. De igual forma, en lo que va de año, por las 28 habitaciones del centro han pasado 568 personas, 21 menos que en el año anterior debido a que han permanecido en régimen de acogida durante más tiempo.

"Los datos de asilo no son significativos porque nosotros tenemos solo 28 plazas, pero es cierto que cada vez las mismas personas las ocupan por más tiempo", señala Matas. Estas personas, generalmente padecen problemas de salud o están a la espera de recibir algún tipo de prestación o ayuda social, que son trámites que se demoran en el tiempo --también ahora más, con la crisis--, por lo que la estancia media de las personas en la casa suele ser de unos seis meses.

Además de funcionar como casa de acogida, el centro también entrega bocadillos diariamente y cada 30 días --los primeros viernes de cada mes--, facilita ropa y otros productos que los colaboradores donan, como por ejemplo artículos de puericultura. "Aquí sí que notamos que viene mucha más gente", afirma la coordinadora, que señala que por este motivo, las entregas solo se pueden hacer en un día concreto.

Mientras la actividad del centro crece cada vez más, las aportaciones se van reduciendo poco a poco. Matas no se atreve a dar una cifra de cuánto puede costar el mantenimiento anual de un centro de estas características, pero sí reconoce que con las subvenciones que se reciben de las administraciones públicas no es suficiente. "Muchos de los que vienen a colaborar es gente que ha estado aquí interna, que siente la necesidad de devolver lo que se ha hecho por ellos", dice. También pensionistas y otros vecinos que se desplazan a las instalaciones y entregan lo que pueden. Asimismo, la campaña del Mochuelo es otra de las vías de colaboración.

Sobre el acuerdo con el Ayuntamiento de Mérida, Matas señala que todavía están pendientes de pago los 62.5000 euros que se adeudan de los convenios de colaboración del 2010 y el 2011 y la mitad del de 2009, pese a que el portavoz municipal, Fernando Molina, ha manifestado en varias ocasiones --la última vez, ayer-- que esta deuda es una prioridad para el consistorio. Por su parte, del programa para personas sin hogar de la Junta, el centro recibe, a través de Cáritas, 234.000 euros anuales que se comparten con el centro de transeúntes de Badajoz.