TAtrrancamos página en el calendario y colocamos otras doce con 366 días por rellenar de buenos propósitos, de nuevos proyectos, y en definitiva, de vida. Es la tónica habitual para cada comienzo de enero aunque, en este 2016, parezca que todo viene apresurado... Me explico.

Aún sonando de fondo panderetas y zambombas (que cada vez suenan menos, todo hay que decirlo) estamos ya a ritmo de carnaval. Sí. Apresuradamente se nos van echando las fiestas encima en una ciudad que, desde siempre, hemos considerado algo apática para las mismas pero, el caso, es que ya suenan tambores a ritmo de 3 x 4 sin apenas haber digerido los turrones.

La Antigua, y su comparsa Las Iguales, dieron el pistoletazo de salida el sábado a los actos precarnavaleros que nos llevarán hasta el palacio de congresos para disfrutar del concurso de comparsas y chirigotas (o agrupaciones vocales, como se les ha denominado este año) más numeroso de toda la Comunidad Autónoma. Este éxito de participación tiene una lectura más que positiva para Mérida cuyo carnaval, en los últimos años, ha venido recorriendo una enorme travesía en el desierto. Esperemos que este oasis no sea un espejismo sino el empuje definitivo para esta fiesta y de su disfrute por todos los ciudadanos.

Arranca el carnaval con la capitalidad iberoamericana de la gastronomía. Otro empuje más para nuestra ciudad y que se irá entremezclando con cada una de las celebraciones que se vayan desarrollando a lo largo de todo el año. Es el momento de volver a estar a la altura. De momento, quienes estarán a la altura, porque así lo demostraron el año pasado, serán los chicos de Félix Barrena y su chirigota Quítate del medio sobre las tablas del gaditano Teatro Falla, "templo de los ladrillos coloraos" para los carnavaleros. Este lunes, de nuevo, se hablará de Mérida en Cádiz y eso ya es un privilegio. Con todo, 366 días dan para mucho. Dejemos entonces que los problemas no acampen más de lo necesario en ninguno de ellos. Feliz año.