La situación de los comerciantes emeritenses es "bastante peor" que en el resto de la región, según ha explicado Enrique Barrasa, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Mérida (AEME). Las pequeñas empresas están "aguantando hasta agotar sus existencias" pero, en septiembre, muchas se verán obligadas a echar el cierre. En el primer trimestre del 2009 se cerraron alrededor de 800 comercios y este dato aumentará a final de año, por lo que se descarta la idea de una recuperación inmediata. La demanda de productos ha descendido en un 18%, lo que ha provocado que muchos comercios realicen descuentos en sus productos de hasta un 70%.

En estos tiempos de crisis, son muy pocos los que se atreven a abrir un comercio y se apuesta por los que cuentan con un nicho de mercado. Se trata de comercios especializados, franquicias o marcas reconocidas que tienen asegurado el beneficio. Barrasa ha explicado que el sector se encuentra "muy dañado" y muchas empresas están sufriendo embargos y teniendo problemas con Hacienda y la Seguridad Social, instituciones "inmisericordes" en este asunto.

El vicepresidente de AEME también ha querido denunciar la "laxitud en las administraciones públicas para la concesión de obras". "Es tremenda la burocracia existente", ha denunciado, ya que se sufre una acusada demora en la tramitación de los expedientes y la administración "es más un problema que un apoyo para los comercios".