El 90% de los robos en viviendas, locales y vehículos que se cometieron el pasado año en Mérida guardan relación con el consumo de drogas. La ciudad se ha convertido en el centro neurálgico de llegada de la droga y el foco principal desde donde se distribuye a toda la región, según el comisario de la policia nacional, Luis Ochagavía, que tachó el 2004 como un año "excepcional" al batirse el récord de incautación de drogas duras, como los 18 kilos de cocaína decomisados. Sin embargo, aclaró que este hecho debe servir de advertencia sobre el tráfico de droga a mediana y gran escala que se está moviendo en la ciudad.

La mayor parte de los robos con violencia e intimidación, sobre todo los tirones, son cometidos por personas que no viven en la ciudad, gente que "puede coger perfectamente a alguien por la calle con una navaja y pedirle dinero, con la casi seguridad de que no va a ser conocido", comenta.

El comisario considera que faltan medios para poder investigar ese tráfico a mediana escala, "pero eso es difícil de conseguir porque hay que tener gente bien formada y preparada técnicamente, con dedicación exclusiva". En este sentido, avanza que quizá sería bueno que este año algunos agentes recibiesen formación específica.

En la ciudad hay consumidores y traficantes habituales, y otras personas que se acercan a Mérida desde localidades de la comarca para adquirir estupefacientes, sobre todo en el barrio de San Lázaro, que sigue siendo la zona donde más se trafica. Por ejemplo, cita, hay una persona que se desplazaba 107 kilómetros para comprar la droga en Mérida porque le resultaba más barato que en Sevilla, "y eso es peligroso".

A este respecto, asegura que "Mérida puede ser el punto de abastecimiento de las poblaciones limítrofes". El problema, añade, es que muchos de estos compradores foráneos cometen delitos en la ciudad para conseguir el dinero necesario para adquirir la droga.