Las aceitunas zapatunas son las que se salen blandas, con un sabor fuerte, especial. Se vendían a bajo precio. Te tomas una y estás oliendo todo el día. La palabra 'zapatuna' solo se recoge en el diccionario extremeño. Hay políticos que tienen el mismo sabor: llevan tantos años que ya están blandos y huelen.

Las aceitunas se hacen machadas, rayadas y de año. Las machadas son las más tempranas. Se guisan cambiándoles el agua y condimentándolas con ajo, laurel, guindillas dulces (una picante no viene mal), orégano y tomillo. Esperamos unos días para que tomen el gusto y al plato. Las rayadas se hacían con la navaja y las manos se ponían negras. Se aliñan con ingredientes parecidos a las machadas, y hay que tomarlas con un buen vaso de vino tinto y pan de tahona. Las de año son facilísimas de guisar, aunque hay gustos para todo. Tres días en agua (pero que ésta sea de pozo y carezca de cloro) y después se vacía el recipiente de vidrio o barro; a parte se coge el agua, se le echa sal y en el recipiente anterior se pone un huevo. Cuando flote, se retira, se añaden las aceitunas y a esperar un año. No hace falta más, aunque hay quienes agregan hinojo, cáscara de naranja, cabezas de ajo sin pelar y algún producto más.

A las aceitunas de año hay quien las echa sosa cáustica: acelera su maceración unos meses, pero luego no saben a nada. Como tantos políticos. Los auténticos se hacen, como las aceitunas, esperando el tiempo suficiente para dar el sabor. Los hay para macharlos y comérselos cuanto antes. Los hay que salen buenos y da gloria degustarlos. Los políticos 'rayados' son como los gallegos: no saben si suben o bajan. Si ponen el trasero para una ayuda, son receptivos. Los de año son los que más gustan, aunque no hay que olvidar que de estas aceitunas es de donde salen las zapatunas. ¡Que jartera de aceitunas! ¿O de políticos?