Cuando un establecimiento público ha logrado echar raíces en una ciudad, su desaparición deja una sutil tristeza en el corazón de los ciudadanos. Hoy, 11 de octubre de 2018, cuando el último cliente haya abandonado el local, cerrará sus puertas para siempre la heladería Los Valencianos, toda una institución en la vida cotidiana de los emeritenses.

Fue fundada en el año 1935 por don Victoriano Amorós, que, con su esfuerzo personal y su hombría de bien, consiguió abrirse paso en el camino brumoso de nuestra postguerra hasta darle luz a una empresa que ha seguido luciendo con la misma intensidad y prestigio durante más de 80 años. Tras la muerte de don Victoriano, su hijo Santiago se ha ocupado con éxito no solo en «llevar el negocio», sino en respetar escrupulosamente los principios empresariales y éticos exigidos por la memoria de su padre.

Para la gente de Mérida, Los Valencianos no solo nos ha permitido disfrutar de sus exquisitos productos de primerísima calidad, sino que ha sido, además, un lugar de encuentro para todos nosotros y un punto de referencia: en el centro de nuestra primera calle, Santa Eulalia, todo está «más allá de», «más acá de», «en frente de»... Los Valencianos. Su desaparición hará que nos sintamos como perdidos durante una temporada, y al pasar por su puerta sentiremos una especie de vacío como ahora sentimos su presencia, aunque ni siquiera vayamos a entrar. En fin, ya se sabe que en la vida todo acaba desapareciendo, aunque a veces no se desaparece del todo. Alzo mi vaso con un poco de tristeza y brindo, con la mejor horchata de España, para decirle adiós físicamente a este establecimiento que está ya en la historia entrañable de Mérida.