Lo tradicional en Mérida era tomar la uvas oyendo las campanadas en la puerta de la Villa. Después de recibir al año, los centros recreativos se llenaban. Muy cerca estaba el Liceo. Otros se marchaban al Círculo de Artesanos, centro recreativo de trabajadores y empleados; a La Tercia, en la calle Bastimento, de signo republicano, hoy Los Maestros; al Disloque, que era el más popular, a Las Delicias, al Exprés y al más distinguido, donde acudía la alta sociedad, el Círculo Emeritense, en la plaza de La Constitución, hoy plaza de España.

Los emeritenses eran muy dados a recibir el año con toda la alegría, incluso en más de una ocasión se celebraba baile en el teatro Ponce de León, actual museo visigodo. El tiempo pasa, las sociedades se cerraron, y sólo queda el Liceo y el Círculo Emeritense, que con una nueva y joven junta directiva está dando un buen vuelco a la sociedad y se espera llenazo esta noche, así no hay que coger el coche, aunque muchos, por tradición y años lo desean pasar en la Sociedad de Tiro de Pichón donde siempre ha tenido un gran éxito.

Hoy, las campanadas se celebran en la plaza de España y, aunque el número ha disminuido, los hay tan fijos como José María Giménez Campos y Juanito Villa, que es hombre de peso y muy querido por todos. El ayuntamiento proporciona uvas y cava extremeño, pero la mayoría de los emeritenses lo celebran en casa con la familia y después, a bailar.

Los hoteles tienen su cotillón y están agotadas las plazas. Feliz salida y entrada de años os desea este Pecholata y Cronista Oficial de Mérida a todos los extremeños.