--¿Cómo valora la primera mitad de la legislatura?

--Para mí, ha sido una gran decepción. Esperaba que hubiera un impulso de la ciudad en un momento tan complicado y, sin embargo, ha habido un parón brutal. Ha sido muy decepcionante en todos los aspectos; las acciones, con una actuación errática, sin objetivos y sin nada nuevo, y las formas, en una actitud de poder prepotente, que se traduce hasta en detalles como que en el 1 de Mayo se haya negado a los sindicatos engancharse al alumbrado. Es increíble el nivel de prepotencia, rayando el fascismo totalitario. Se da la contradicción de tener muchos sueldos tremendos y luego criminalizar acciones sindicales o despedir de forma hiriente a trabajadores.

Creo que en su primera etapa de alcalde (1995-2007), Pedro Acedo simplemente aprovechó unos años de bonanza y una colosal herencia en patrimonio y recursos, que administró de forma interesada, tendiendo más a su enriquecimiento personal que al interés de la ciudad. Esto avala mi creencia de que Acedo no va a pasar a la historia, porque no puede presentar una plana de acciones importantes en los años que está gobernando. Pensaba que estos años podría haber aplicado, por su veteranía, nuevas líneas de acción, pero ha sido decepcionante.

--Habla de la herencia de 1995, pero el gobierno local se refiere ahora más a la del 2011, que definen como "bancarrota".

--Ellos han gobernado desde el 1995 hasta el 2007 y han dilapidado una gran herencia. La historia no la van a escribir ellos. Y de ellos no se recogerá una línea de acción, más allá de las privatizaciones y ventas de patrimonio sistemáticas.

--Pero el PP insiste en que toman muchas medidas obligados por la asfixia económica "heredada".

--Hay otro momento, tras la dictadura, en que se crean elementos de ilusión. Y el romanticismo en política se traduce en acciones importantes de participación social o el ensamblaje, después de muchos años, de una sociedad en beneficio de los más desfavorecidos. Yo creo que de eso es de lo que hay que hablar, y no de un simplismo de cuatro años, aparte de que del 2007 al 2011 no soy responsable de ese gobierno. Además, hay un elemento acumulado; pero tendría que responder el PSOE de eso, no yo. En cuanto a estos dos años, en el ecuador de la legislatura, para mí es sencillamente nefasta, con una ciudad perdida y un alcalde ausente.

--No comparte la actual gestión, ¿pero reconoce algún logro?

--Sinceramente no encuentro ninguno. Intransigencia, intolerancia y un egocentrismo brutal.

--¿Qué alternativas plantea?

--Tomar la iniciativa ante la crisis con propuestas sociales, como una moción que hicimos en el tema de comedores escolares, para garantizar desde el consistorio la alimentación de los niños de las familias con pocos recursos. Se negaron rotundamente porque es más fácil privatizar, manejar un ayuntamiento desde la perspectiva de una empresa que está en quiebra, que de una empresa que es fundamentalmente social. Igual dimos la idea de establecer huertos sociales de carácter familiar para los ciudadanos en apuros.

--Critica las privatizaciones.

--Me parecen un abuso. Yo defiendo la gestión pública de los servicios públicos, porque no existe un plus de beneficios porque revierte a la sociedad, pero hay que gestionarlo bien. Como la empresa pública de aguas que funcionaba estupendamente, pero que se privatizó. El esquema de Acedo es el de un empresario intransigente.

--Y la gestión del patrimonio arqueológico.

--No se están haciendo las cosas correctamente, porque Mérida tiene un potencial de desarrollar, desde su gran riqueza monumental, un sector turístico colosal. Eso debería conducir nuestros comportamientos. Pero esta es la gran tragedia que tiene Mérida: un Consorcio de la Ciudad Monumental politizado, manipulado, bananero, y unas instituciones que en el caso del Estado, hace dejación de obligaciones, en de la Junta, pasa el bulto, y en el del ayuntamiento, se alía con los empresarios privados para pisotear el patrimonio.

Por ejemplo, en el caso del Arco de Trajano, debajo están las escalinatas hacia el foro, y eso debería incitar a abrir un enorme espacio arqueológico que sería equiparable al foro de Roma. Es viable y se está hurtando a la historia un gran descubrimiento que no es de Mérida, sino de la humanidad. Y en torno a eso se generarían negocios, por su atracción.

--El consistorio opta por apoyar las iniciativas del presente.

--Se han resuelto la vida de dos o tres negocios, pero si se abriera todo el espacio, generaríamos cientos. El foro provincial se puede descubrir en 20 o 25 años, y quizá en menos, con voluntad. Quien no se atreva, que se vaya y deje que otros lo hagamos.

--¿Cómo vive el paso de haber sido alcalde a la oposición?

--Con normalidad, porque siempre he pisoteado mucho la calle. Con absoluta sencillez, no me da vergüenza salir a la calle aunque haya sido alcalde y ahora sea el último concejal del ayuntamiento.

--¿Se arrepiente de no lograr el acuerdo con IU que hubiera impedido la mayoría del PP?

--El problema es que ya es irreversible. Posiblemente debimos esforzarnos. Creo que se ocultó información también, porque luego el comportamiento de la IU oficial, de Pedro Escobar, con Siex no ha sido la correcta, hasta el punto de que hay una querella. Quizá se podía haber arreglado, pero ahora hay otros peones en juego. El bipartidismo tiene problemas y el fraccionamiento puede obligar a grandes coaliciones.