Reunidos en unas jornadas históricas en Garrovillas de Alconétar, varios historiadores, investigadores, cronistas oficiales y profesores de la Universidad de Extremadura firmaron, con el apoyo de las asociaciones de estudios locales de la región, un manifiesto para mostrar su malestar por el traslado de los Archivos Parroquiales, anteriores al año 1900, a Badajoz. Entre ellos se encontraban José Julián Barrigas , Felipe Lorenzana , Luis Garraín , José Rodríguez Pinilla , Bartolomé Díaz , Bartolomé Miranda , Dionisio Martín , Francisco Zarandieta y José Lamilla , entre otros.

La sorpresa y el trastorno que ocasiona semejante situación a los historiadores no lo han apreciado en el Arzobispado: han creído que por estar en la parroquia, pueden hacer el traslado. Según el director de los archivos, Teodoro López , es un mandato de Roma. Yo he llegado a encontrar en La Zarza, de donde descienden mis antepasados paternos, a un antecesor de 1724: Fernando Delgado de la Peña. Si quisiera seguir investigando a mi familia, tendría que ir a Badajoz a revisar los archivos. Una pérdida de tiempo y dinero, y más trabajo.

Ya tuve con Teodoro López algunas palabras bastantes fuertes en Trujillo, en la Asamblea Regional de Cronistas Oficiales. A Alberto González , cronista oficial de Badajoz, le perecieron duras. No me arrepiento, y si tengo que ir al infierno, qué le vamos a hacer: sufriré eternamente los martirios por no ser bueno, humilde y obediente (aunque Teodoro ya me ha perdonado).

Mérida tiene mala suerte pero hay casos peores. En Llerena, en 1834 desaparecieron los documentos del Tribunal del Santo Oficio y los trasladaron a Simancas, actualmente en el Archivo Histórico Nacional de Madrid. En 1875 la documentación de los archivos del Priorato de San Marcos de León fueron depositados en la Diócesis de Badajoz. Ahora en 2013, los archivos parroquiales. El cronista oficial de Llerena, Luis Garraín, magnífico investigador, tiene un disgusto que no le sale del cuerpo, siente impotencia ante semejante situación. Don Quijote tenía razón: "Con la iglesia hemos dado, amigo Sancho".