Las calles del lago romano de Proserpina están siendo pavimentadas. Los charqueros de siempre están disfrutando viendo como se va arreglando una zona que ya era hora que se le hincara el diente.

Tras la remodelación de las calles vendrá la iluminación y así, completado con otros servicios, podremos disfrutar de un lugar único en la región.

La obra del saneamiento es tan costosa que por el momento es inviable. Por mucho que unos y otros se empeñen. Las calles, casi en su totalidad, son de suelo granítico y muy duro, de ahí que esta obra sería costosísima.

Hay que reparar de forma definitiva el paseo perimetral para que el ayuntamiento se haga cargo del mantenimiento y el futuro ensanche de la carretera, que tardaremos años en conseguirlo, pero se ha dado el prime paso y siempre es positivo.

En el lago romano de Proserpina, en la charca, como los emeritenses la llamamos, hay cerca del millar de viviendas y muchos están de forma permanente, decenas de familias la tiene como primera vivienda y cada día más, de ahí que al ser una zona urbana, como otra cualquiera de Mérida, se le este dando el tratamiento que merece y que todos agradecen.

Proserpina no es sólo de los que tienen allí una vivienda, sino de todos los emeritenses que disfrutar paseando por sus orillas, bañándose en verano, tomando una copa cualquier día del año y disfrutando de un ambiente fresco en la época estival, con un paisaje precioso y con un buen coto de pesca para poder disfrutar los que sean aficionados. Proserpina, la charca, tiene de todo, sólo falta que la cuidemos como ella merece.