La sede del Consulado de Colombia en Mérida ha sido objeto de un nuevo acto de gamberrismo, aunque en esta ocasión no sólo han sido pintadas, sino que "ha sido más delicado, porque abrieron la puerta y me pintaron la escalera, y eso ya es allanamiento de morada", explicó ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA el cónsul de Colombia en la ciudad, José Blanco.

Por ello, ha presentado una denuncia, ya que "más que xenofobia estamos hablando de algo más serio, de gamberrismo". No es la primera vez que denuncia, ya que en una ocasión anterior se quejó del lanzamiento de una piedra que rompió la puerta de la vivienda. Según Blanco, toda la calle José María de Larra y la Travesía de Santa Eulalia --donde está el Consulado-- "están llenas de pintadas, y es una pena, porque son de gamberritos que ponen su firma", como le ha sucedido en su hogar, algo que considera "una falta de civismo" y que va en perjuicio de la ciudad, sobre todo de la imagen que pueda dar a los turistas.

En este sentido, Blanco lamenta que "en el centro de la ciudad, demos esa sensación frente al turismo", porque actos de este tipo "demeritan mucho la ciudad, porque se van a acordar de los monumentos y de las pintadas".

El cónsul asegura estar "cansado" por las continuas pintadas racistas y xenófogas, que "unas veces se han limpiado y han pintado encina y otras me las han limpiado el ayuntamiento, pero si vuelven a aparecer, como ahora, ya es algo muy lamentable".