El Ayuntamiento de Mérida busca ingresos hasta debajo de las piedras, o mejor dicho, encima de sus tejados. La caída de la actividad económica ha debilitado las arcas municipales, lo que ha obligado a sus responsables a buscar de fuentes alternativas los fondos que hace unos años procedían especialmente de las licencias de obras que generaba la construcción.

Una de estas nuevas fuentes de ingresos será la utilización de sus edificios para la instalación de placas solares en sus tejados. La explotación de estos espacios reportará una cantidad mínima de 35.000 euros al año.

Esta será la cuatía que la empresa encargada de las instalaciones de los equipos fotovoltaicos deberá entregar al consistorio por la utilización de los espacios, según se desprende de los pliegos de la oferta realizada por el ayuntamiento.

El ayuntamiento ofrece una superficie total de 16.600 metros cuadrados distribuidos en cuatro puntos: La Ciudad Deportiva, con 5.000 metros cuadrados, el Ifeme, con 4.500, la estación depuradora, con esta misma superficie, y el estadio municipal de fútbol, con otros 2.500 metros cuadrados.

Los 35.000 euros previstos corresponden al canon mínimo de licitación, por lo que esta cantidad podría incrementarse en función de las ofertas presentadas por las empresas interesadas, que tienen de plazo hasta el 25 de junio para presentar sus ofertas. Además, las arcas del ayuntamiento también recibirán el 1%, como mínimo de los ingresos brutos anuales obtenidos por la explotación de las plantas de producción de energía eléctrica fotovoltaica.

El periodo por el que el ayuntamiento cede este espacio es de 25 años. Una vez expirado el plazo, o extinguida por cualquier causa la concesión, revertirá gratuitamente el libre uso de las cubiertas de los edificios al Ayuntamiento, quedando de propiedad de éste todas las instalaciones realizadas.

Estas no son las primeras dependencias municipales que contarán con placas solares. La piscina de la barriada de la Argentina cuentan con ellas desde primeros de año. Sin embargo, en este caso se utilizan para alimentar el funcionamiento de las propias dependencias deportivas, ya sea para proporcionar luz, calentar el vaso de la piscina o para la calefacción. Las que se instalarán en los techos de las instalaciones municipales verterán toda su energía sobre la red general, generando unos ingresos a la empresa explotadora, de tal forma que no supondrá ningún ahorro en el consumo energético de los servicios municipales.