El muro perimetral del antiguo cuartel Hernán Cortés va a ser derribado. El ayuntamiento ya ha iniciado los estudios para conocer el coste de este proyecto, que incluye además la retirada de una gran cantidad de tierra procedente de las excavaciones arqueológicas que está llevando a cabo en este lugar el Consorcio de la Ciudad Monumental, así como las procedentes de la primera fase. Según ha indicado el alcalde, Angel Calle, se trata de una actuación "muy costosa" pero que tiene el objetivo de facilitar los trabajos que allí están desarrollando los arqueólogos, especialmente porque también se contempla la eliminación de los cimientos de los antiguos pabellones militares, de grandes dimensiones, que se han convertido en obstáculos para el trabajo de los arqueólogos.

El derribo de este perímetro, que ocupa las calles Pontezuelas, Teniente Flomesta y López Puigcervert daría mayor amplitud a la zona y permitiría a los ciudadanos contemplar el desarrollo de las prospecciones, de cuyo resultado dependerá el desarrollo de esta zona de la ciudad, donde está proyectada la construcción de varios museos y dependencias oficiales, entre ellas la del propio Consorcio, además de un parking y espacios al aire libre.

Este muro forma parte del antiguo asentamiento militar enclavado en Mérida, y que comenzó a construirse en el año 1921. Según explica el director científico del consorcio, Miguel Alba, el derribo del perímetro tendrá que ejecutarse antes o después, aunque desde el punto de vista de los trabajos arqueológicos, señala, sería preferible esperar al término de las excavaciones, puesto que el muro representa un elemento protector contra las incursiones no deseadas al recinto.

Por otro lado, lo que si resulta necesario desde su punto de vista es la eliminación de los restos de la cimentación de los antiguos pabellones, que son de grandes dimensiones y muy sólidos y que se han convertido en "auténticos obstáculos", ya que al quedar por encima de la cota en la que se está trabajando en estos momentos, dificulta el desarrollo de las prospecciones, creando compartimentos estancos.

En cuanto a los hallazgos, Alba señala que se han cumplido las previsiones y en los últimos meses de trabajo, sufragados con fondos de la segunda edición del Plan E, han continuado apareciendo, como ya lo hiciera en la primera fase de la excavaciones realizadas por la empresa Arqveocheck, multitud de tumbas romanas e islámicas.

Asimismo, destaca que esta zona fue utilizada por los romanos como una cantera a cielo abierto, y que posteriormente fue rellenada con basura, que incluye gran cantidad de cerámicas y otros elementos artesanales, además de restos humanos de esclavos que iban muriendo y cuyos cuerpos se iban arrojando en esta fosa.