Conjugar el derecho al descanso de los vecinos con el de los empresarios a montar su negocio. Con este objetivo se aprobó en 2009 la ordenanza municipal de Protección frente a la Contaminación Acústica, una normativa que modificó el anterior equipo de gobierno para eliminar la potestad de declarar zonas saturadas de ruido. Así lo aseguró ayer la portavoz municipal, Carmen Yáñez, quien sostiene que el gobierno local estudia la idea de volver a retomar este apartado de la ordenanza, ya que ofrecería la posibilidad de no aumentar las concesión de licencias en zonas que ya cuentan con muchos establecimientos y negocios.

Sobre este asunto, la edil reconoce que ahora será «muy difícil» retomar la regulación de las zonas saturadas de ruido con efecto retroactivo, porque «el que ya tiene licencia de apertura tiene un derecho que no le podemos quitar». En este sentido, Yáñez destaca que «hay cuestiones que llaman la atención» al actual equipo de gobierno, en referencia a «zonas que nos hemos encontrado que están muy saturadas de establecimientos y veladores», como la calle José Ramón Mélida.

De esta forma, el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, recibió ayer en su despacho a un grupo de vecinos de la citada calle para conocer la situación de los ruidos que afectan a algunos de sus domicilios. «El alcalde ha querido escucharles en primera persona para conocer qué sucede. Se está realizando un estudio y análisis para saber de dónde procede la emisión de ruidos y si realmente vienen de algún establecimiento cercano», explicó Yáñez a la salida de la reunión.

La portavoz asegura que desde el ayuntamiento, y en concreto desde la delegación de Medio Ambiente, se han mantenidos sucesivas conversaciones con estas familias, al tiempo que «se les ha atendido desde la policía local y se está realizando un seguimiento de sus demandas». Por su parte, la plataforma de afectados por el ruido de José Ramón Mélida ha denunciado a través de su cuenta de Facebook la «sobresaturación» de la calle y pide al consistorio que la declare como zona saturada de ruido. Asimismo, la plataforma señala que esta situación ocasiona que los vecinos, «en la mayoría gente mayor, aguanten a duras penas el ruido provocado por estos establecimientos».

En esta línea, Yañéz apunta que «a veces no es fácil la convivencia entre vecinos y empresarios por los ruidos», pero asegura que el gobierno local ya está trabajando en este aspecto porque hay otras zonas en la ciudad con la misma problemática.