El trágico suceso de Julen, el niño de dos años que perdió la vida tras caer a un pozo en Totalán (Málaga), está despertando una mayor sensibilización social hacia el peligro que pueden suponer para la ciudadanía los pozos que estén sin señalizar ni tapar. Desde que ocurriera este hecho, algunos vecinos de la ciudad han notificado al ayuntamiento la existencia de pozos de registro que no están tapados, en las proximidades del barrio de San Juan, con el ánimo de que se tomen medidas que garanticen la seguridad ciudadana.

Para hacer frente a esta situación, el equipo de gobierno ya ha dado órdenes para cubrir convenientemente los pozos que requieran esta intervención y se localicen en suelo público del entorno urbano. El delegado de Urbanismo, Rafael España, sostiene que ya se ha solicitado a Aqualia, la empresa concesionaria del servicio municipal de aguas, que cubra los pozos que estén abiertos en las proximidades de la barriada de San Juan y garantiza que desde la empresa están trabajando en esta cuestión.

En concreto, el edil explica que se trata de pozos de registro de la red de saneamiento que administra Aqualia y que actualmente se encuentran en servicio. España sostiene que estos pozos se cubren habitualmente con una tapa tipo alcantarilla, sin embargo, en muchas ocasiones las roban, incluso estando soldadas, por lo que serán tapados de nuevo.

En esta línea, el delegado señala que en el entorno de San Juan también existen pozos de registro ubicados dentro de parcelas privadas. «Estamos localizando a los propietarios de estos terrenos, que en primera instancia deben prever estas cuestiones, y si no somos capaces de localizarlos haremos una actuación de oficio para cubrir los pozos de forma provisional hasta que el propietario de turno lo cubra», asegura el edil. «Lo que estamos haciendo ahora es identificar a los propietarios», subraya España, quien matiza que estos pozos corresponden a «desarrollos urbanísticos paralizados desde hace tiempo».

El edil quiere dejar claro que los pozos que el ayuntamiento emeritense tiene identificados no son pozos de captación de agua, como el del suceso de Totalán que tenía más de un centenar de metros de profundidad, sino pozos de registro que «no tienen una profundidad grande, a lo sumo dos o tres metros». En esta línea, el delegado sostiene que el aumento de la preocupación ciudadana sobre este asunto ha surgido recientemente y destaca que no se debe de crear una alarma social, a pesar de que «estas situaciones se estudian con preocupación».