La empresa Ambiental Pargaña, que realizó vertidos procedentes del Hospital Infanta Cristina de Badajoz a la red de alcantarillado de la ciudad, se enfrenta ahora a una sanción económica del ayuntamiento por incumplir las ordenanzas municipales. El delegado de Urbanismo, Rafael España, sostiene que el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se ha pronunciado tras analizar los líquidos y confirma que eran aguas fecales no contaminantes.

"El tema ya no va a ir por la vía penal, como se pensó en un principio, sino por la administrativa", explica el edil, quien sostiene que ya se ha iniciado el expediente sancionador y se ha notificado a la empresa, que tiene un plazo de 10 a 15 días para presentar las alegaciones que considere pertinentes. "A priori las pruebas con las que contamos son los análisis del Seprona y la denuncia de la policía que los pilló in fraganti", manifiesta España, para quien "parece que los hechos son los que son". A su juicio, "a lo mejor hacen falta más medidas disuasorias, pero esto es un aviso para navegantes con una sanción ejemplar".

Sobre este asunto, cabe recordar que los hechos ocurrieron el pasado mes de noviembre, cuando una patrulla de la policía local, alertada por una llamada telefónica, sorprendió a tres trabajadores de la empresa Ambiental Pargaña vaciando la carga de dos camiones cisterna en un pozo de registro de la avenida Adolfo Suárez González, en las traseras del centro de rehabilitación Casaverde. Venían de realizar labores de limpieza en el hospital pacense. De esta forma, y ante la sospecha de que pudieran estar cometiendo un delito de tipo medioambiental, los agentes procedieron a identificar a las tres personas y tras parar el vertido, solicitaron la presencia del Seprona, que recogió una muestra del líquido que los camiones estaban depositando a la red de alcantarillado municipal.

Por su parte, la empresa aclaró tras producirse este incidente que el vertido no era líquido procedente de la zona de necropsia del hospital como se había llegado a decir, sino que fueron "200 litros de las aguas de baldeo del camión y ningún compuesto peligroso" los que se arrojaron por la arqueta. Asimismo, reconoció que actuó mal y alegó que tras los trabajos en el hospital Infanta Cristina tenía otro servicio en Almendralejo donde tenía que llegar con el camión limpio.