El ayuntamiento recaudará unos 600.000 euros más este año por actualizar la base catastral, que ha supuesto 1.650 nuevas notificaciones, fruto del convenio firmado el pasado año entre el consistorio y Correos, según explicó ayer la portavoz del Gobierno, Pilar Vargas.

La última ampliación del catastro se realizó en 1996, por lo que las nuevas viviendas o locales no estaban censados y, por tanto, no pagaban el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), ni la contribución o la plusvalía. Las nuevas altas deberán pasar por la Oficina Catastral de Badajoz, y después será el ayuntamiento el que cobre las recaudaciones.

Vargas recordó que el último Plan General de Ordenación Urbana se aprobó en 1999, por lo que muchas fincas rústicas pasaron a ser urbanas, y al no estar censadas tampoco pagaban el IBI correspondiente en este caso.