En la Asociación de Vecinos de Cabo Verde, una pequeña urbanización al este del centro, tienen más que clara su principal reivindicación. No en vano les acompaña desde la propia construcción de la zona residencial, hace casi 20 años. "Solo pedimos la atención a nuestros jardines y zonas verdes, como cualquier otra barriada", manifiesta Antonio Redondo, el presidente de la organización vecinal, que aglutina a los propietarios de 40 de las 49 viviendas que forman parte de este área de la ciudad, que ronda los 200 habitantes. A esta petición central, se suma alguna más como mejorar los accesos al barrio, la señalización de los aparcamientos y el tráfico y el cuidado de un solar y una pista deportiva cercana, mientras que por la parte positiva destaca la tranquilidad y el buen ambiente del barrio.

Redondo se remonta al inicio de la urbanización para explicar su reivindicación de atención en el ámbito de la jardinería. "Cuando se entregaron las casas, estaban aisladas y sin árboles ni jardines y entonces la asociación acordó con el Antonio Vélez, entonces alcalde, encargarse de plantar árboles y plantas, que el consistorio compensaría económicamente en los siguientes presupuestos". Jamás ocurrió. Pero no solo perdieron aquella inversión, sino que además deben encargarse ellos mismos de cuidar sus zonas verdes.

"Por más que lo hemos reclamado, año tras año, no nos hacen caso. Como mucho, mandan a un jardinero un par de días, pero pronto deja de venir", lamenta Redondo, que muestra como incluso en un límite del barrio se observa la diferencia entre los jardines sin atención municipal y otros, de la urbanización lindante, en perfectas condiciones.

Otra de sus peticiones es la señalización de los aparcamientos y el tráfico de las calles de la barriada, así como la mejora de sus dos accesos. "Estamos algo aislados, lo cual en parte es positivo por la tranquilidad, pero a la vez tiene sus riesgos en una posible situación de emergencia, en la que por ejemplo un camión de bomberos podría tener dificultades para acceder", explica el presidente vecinal.

Redondo también indica la necesidad de acondicionar un solar cercano a la barriada, lleno ahora de pastos y cercano a un depósito de gas propano de las viviendas, con el riesgo que implica. Al lado, hay una pista deportiva descuidada con porterías, como marca la normativa y con el peligro consiguiente para los usuarios. En otras cuestiones, la asociación se implica para borrar, por ejemplo, las pintadas de sus paredes. Pero su presidente insiste en lamentar que les ocurra lo mismo con sus jardines: "Es un servicio para toda la ciudad y nosotros pagamos impuestos como cualquier otro. No tiene sentido que no tengamos limpieza en las calles y los jardines vayan por nuestra cuenta".