Buen ambiente, espacio de sobra y notable limpieza. Esas son las tres principales características de la piscina Diocles, según opinan los usuarios. Las avispas y la falta de sombrillas, sus reproches. Desde el 28 de junio al 30 de agosto todos aquellos que quieran acercarse a darse un chapuzón podrán hacerlo por 3,10 los adultos y 1,55 los menores de 14 años; jubilados y niños gozan de descuentos. Una media de 120 personas pisa el césped cada día entre la una y las ocho y media de la tarde, y los domingos a partir de las 12.

La calidad del servicio es algo en lo que todos se ponen de acuerdo. La Diocles es una piscina limpia, cuidada, segura y espaciosa. Sin embargo, algunos se quejan del abundante número de avispas que hay en la zona, aunque ese "problema" no es imputable al personal de servicio, afirma una bañista. Otros, como Antonio Gómez, reclaman un mayor número de quitasoles o espacios con sombra, pues "sobre todo por los niños, es incómodo tener que moverte cada dos por tres buscando un sitio donde descansar sin que el sol te abrase". Además, algunos jóvenes piden un descuento para aquellos que tengan el carnet de estudiante.

Desde que el centro abriera sus puertas el año pasado, la asistencia ha aumentado, quizá porque es la más cercana para los vecinos de la Zona Sur (lugar donde se encuentra el recinto), que son los más asiduos. "Desde el día que comenzamos a ofrecer el servicio, a finales del junio, hasta la tercera semana del mes de julio, estaba prácticamente llena", asegura Mari Angeles Ruíz, taquillera de Diocles, "pero en los últimos días, tal vez debido al inicio del período vacacional, hemos notado que viene menos gente". Las instalaciones, prácticamente nuevas, cuentan con una pila grande y otra pequeña para niños, un bar abierto durante el día, baños y duchas para los que quieran asearse antes de volver a casa.