María Luengo necesita una silla de ruedas para desplazarse por la ciudad, y a su juicio, Mérida cuenta con cantidad de trabas arquitectónicas que para la gente que está en su misma situación resultan imposibles de esquivar.

Para María "tanto comercios como tiendas carecen del acceso adecuado, y aquellas que cuentan con ascensores lo utilizan como almacén. Lo mismo ocurre con determinados edificios públicos, entre los que se incluye la Escuela de Arte", lugar del que tuvo que desistir de estudiar por la imposibilidad de llegar hasta sus dependencias.

Además de los problemas que ofrece la arquitectura urbana, estas personas tienen que hacer frente a la ocupación de los espacios destinados exclusivamente para ellos, "la gente no respeta para nada los aparcamientos de minusválidos", afirma María.