Las vías de ferrocarril distribuidas por el casco urbano serán desmanteladas progresivamente durante los próximos tres o cuatro años, según comentó ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA el alcalde Pedro Acedo, y una vez terminada esta fase, el suelo quedará libre para construir una gran avenida, al estilo de la M-30 de Madrid, que distribuirá la circulación por el centro de la ciudad.

Acedo no supo dar una cifra de gasto de esta operación porque hay varias administraciones implicadas, aunque quitar el cordón ferroviario de la ciudad supondrá la liberalización de 250.000 metros cuadrados en el valle del Albarregas, donde el ayuntamiento ha previsto hacer una gran avenida y dejar el terreno para uso residencial, dotacional y administrativo; y que supondrá que no hará falta atravesar el centro de la ciudad, sino que sería una calle paralela a la actual Marquesa de Pinares y desembocaría junto al colegio Salesiano, para conectar por detrás del hotel Velada.

Además, esta actuación provoca la demolición de la actual estación de ferrocarril, en cuyos terrenos el PP tiene pensado realizar, si gobierna, un proyecto para la revalorización de la zona. La iniciativa incluye la construcción en estos terrenos de un edificio multiusos que constaría de tres plantas, en las que se ubicarían desde zonas de recreo hasta servicios de restauración, establecimientos comerciales, y un museo del ferrocarril.