El empresario portugués, Enrique Martens, que tenía en proyecto abrir una industria corchera en la ciudad tras el cierre de Arcobel, ha desistido de llevar a cabo esta iniciativa por presiones del gobierno luso, informa el representante de CCOO en este sector, Mateo Guerra.

Según Mateo Guerra, el gobierno portugués pidió a Enrique Martens que en vez de abrir una fábrica dedicada a la transformación del corcho para tapón en Mérida, lo hiciera en Portugal. A cambio, el empresario recibiría más ayudas de las que le ofrecía la Junta de Extremadura, que estaba dispuesta a financiar el 45% de la inversión a través de la Sociedad de Fomento Industrial.

El proyecto de Enrique Martens contemplaba una inversión de 8 millones de euros y la construcción de una nueva fábrica a lo largo de este año que daría empleo a 60 personas, la mayoría trabajadores de la antigua Arcobel. Además de la fabricación del tapón, tampoco se descartaba la transformación de corcho para decoración.

Enrique Martens es uno de los principales productores mundiales de tapón de corcho y tiene varias fábricas en el país vecino.