La ciudad de Mérida ha tenido cementerios en los más diversos lugares de la ciudad a lo largo de su dilatada historia.

Los romanos se enterraban en necrópolis, que principalmente estaban en los columbarios, cerca de la iglesia de Santa Eulalia, en la zona del cuartel de Artillería y en la de la parroquia de San José, donde también se encontraron restos visigodos, como en el entorno de la iglesia de Santa Eulalia. A la salida de los caminos tuvieron también sus necrópolis.

Los cementerios más recientes, y que están en el Archivo Histórico de la ciudad, se encontraban, según el historiador José Alvarez Sáenz de Buruaga en su libro Materiales para la historia de Mérida (1637-1939) , en la ermita de la Trinidad, en 1809, que estaba indecente , lleno de basuras y sin puertas, por donde entraban los cerdos y perros, por lo que se acuerda que los cementerios se hagan en las parroquias y conventos.

ASAMBLEA

Otro camposanto estaba en el hospital san Juan de Dios. Existe una cripta en lo que actualmente es el hemiciclo de la Asamblea de Extremadura, como en la parroquia del Carmen y en el convento de las Madres Concepcionistas.

En 1885 se derriba el antiguo Cementerio Municipal, en el Calvario, clausurado en 1886, "dándose treinta días para la exhumación de los restos sagrados por los parientes y deudos, haciéndolo el ayuntamiento con los que hayan sido extraídos". También se derriban en 1888 las tapias del antiguo cementerio de la Trinidad, en la calle San Salvador.

SANIDAD

Se pensó hacer un nuevo cementerio, fuera de la ciudad, por motivos sanitarios e higiénicos. En un artículo de José Antonio Peñafiel y Felipe Valbuena sobre la Arquitectura y urbanismo de Mérida en el siglo XIX nos comentan con todo lujo de detalles como en 1863 se hizo un proyecto y el presupuesto que solicita el ayuntamiento al arquitecto provincial Manuel Villar.

Tardaría algún tiempo hasta que se formalizara el proyecto. El hecho de estar en Mérida el ferrocarril, en 1864, y tener que pasar las vías practicamente pisando el cementerio de Santa Eulalia, se agilizaron los tramites, y en sesión plenaria de 1865 el alcalde, Alonso Pacheco y Blanes, daba el consentimiento al proyecto.

El presupuesto ascendía a 222.600 reales y 87 céntimos para el cementerio y 29.754 reales y 97 céntimos para la capilla; "cantidades de las que no se disponían por lo que el alcalde Sr. Pacheco propuso acudir al 80 por ciento de los fincas de propios enajenadas a consecuencia de las leyes desamortizadoras, para lo que era necesario instruir un expediente de acuerdo con una Real Orden del 13 de septiembre de 1859". Se abrió el 24 de noviembre de 1868.

El cementerio de la parroquia de Santa María, que estaba en lo que es hoy su plaza, se cerró por el mismo motivo